Tras una semana en la que el pesimismo se ha alojado en la moral del aficionado zaragocista, llega, por fin, el momento de empezar a salir a la superficie. Los malos resultados, junto a la nefasta imagen que proyectó el equipo en la segunda parte del partido en La Romareda frente al Granada CF, despertaron en la grada blanquilla emociones que oscilaban entre el hastío y la decepción. Parte de la grada mostró ese malestar con socarronería, coreando ‘olés’ mientras los jugadores mantenían la posesión del balón de manera infructuosa. Otro sector, bien por no estar demasiado de acuerdo con ese comportamiento o bien por haber observado la incapacidad para dar la vuelta al resultado jugando con diez tantos minutos, se marchaba del estadio con diez minutos de partido todavía por delante. Al finalizar el choque, el Real Zaragoza acababa la jornada en puestos de descenso a Segunda División B, una situación muy delicada.

La semana comenzaba con una comparecencia del director deportivo, Lalo Arantegui, para tratar de arrojar luz sobre las sombras que se ciernen sobre la entidad blanquilla. Lalo, como acostumbra, hablando sin tapujos, reconocía que el Real Zaragoza, en este momento, debe luchar por la salvación. También expresaba su máxima confianza en la plantilla, afirmando que no cabe entre sus planes ninguna revolución para el mercado invernal. El sistema de juego, el famoso rombo del centro del campo, fue también protagonista de la rueda de prensa y de las conversaciones de los seguidores maños durante toda la semana. La afición, cada vez más crispada por la deriva del equipo, se divide entre partidarios y detractores de ese rombo que tanto está dando que hablar. Sin embargo, tal y como expresó el director deportivo, pese a que a todos los equipos de la Ciudad Deportiva se les ha tratado de inculcar una misma idea en este proyecto, es el entrenador quien tiene la última palabra para decidir si continúa o no con ese sistema de juego.

Como viene siendo habitual, la fortuna seguía tornándose adversa para el club maño, cumpliéndose los peores presagios que todo el mundo temía tras ver como Simone Grippo abandonaba el terreno de juego frente al Granada CF. El central se rompía el ligamento cruzado de la rodilla derecha y, por tanto, se perderá lo que resta de temporada. Pero la racha de lesiones no terminaba ahí. El miércoles se conocía también que Óliver Buff también será baja para los próximos partidos al sufrir un esguince en la rodilla izquierda. Un nuevo revés para el suizo, que parecía contar con la confianza del nuevo míster para tratar de revertir la agónica situación que padece el conjunto blanquiazul.

Además de Lalo Arantegui, también dio la cara uno de los pesos pesados del vestuario, Cristian Álvarez. El arquero, aunque los resultados hayan sido malos, se ha vestido de héroe en más de una ocasión en lo que va de temporada y, quizá, las circunstancias del Real Zaragoza serían peores si no fuera por muchas de sus intervenciones. En sus declaraciones, hacía balance de este comienzo de temporada y ponía en valor que, para superar el bache, los jugadores debían ser sobre el césped «once leones» hasta que acabe la campaña. Sus palabras, unidas a la campaña que surgió en Twitter con el hashtag #YoCreoRZ, insuflaban ánimo e impetuosidad a la afición de cara al compromiso de este lunes contra el Nástic de Tarragona, donde una victoria se antoja indispensable para ambas escuadras.

El Gimnástic de Tarragona no se encuentra en una posición mucho más confortable que la de los blanquillos. Los granas, últimos de la tabla con nueve puntos, están obligados a ganar en su estadio. Lo consiguieron frente al Oviedo, pero vencer como locales es una asignatura pendiente para los catalanes si tomamos como referencia la pasada campaña, en la que fueron uno de los peores locales de toda la categoría. Por otra parte, el Nou Estadi no ha sido, históricamente, una plaza fácil para el Real Zaragoza, algo que juega a favor de los tarraconenses en lo que se refiere a la moral colectiva.

Parece, además, que Real Zaragoza y Nástic llevan vidas paralelas durante las últimas jornadas. La enfermería del equipo catalán se encuentra, en estos momentos, tan llena como la de los blanquillos. Iván López y Ramiro Guerra serán baja para el partido, igual que los ex-zaragocistas César Arzo, Abraham Minero e Ikechukwu Uche. Otro dato comparativo entre estos dos clubes es el del relevo en los banquillos. El conjunto maño cambió su entrenador hace dos jornadas y no han llegado resultados positivos todavía, tal como les ocurriría a los catalanes una semana más tarde frente al Albacete en el Carlos Belmonte (2-0). La directiva grana escogía un entrenador de perfil vigoroso y táctico como es el de Enrique Martín para sacar al equipo del atolladero. El técnico navarro, al que no se le han dado nada mal sus duelos en el banquillo contra el Real Zaragoza, ya declaró en rueda de prensa que esperaba fichajes para suplir a los lesionados de larga duración, algo que resalta su ambición por empezar a escalar puestos en la clasificación de la división de plata. El conjunto tarraconense se sustenta en torno a jugadores de gran calidad y talento como Isaac Becerra, Raúl Albentosa, Javi Márquez y Manu del Moral. Esta columna vertebral debería proporcionar una estabilidad al Nástic de Tarragona, pero el equipo no termina de arrancar. Las lesiones, igual que al Real Zaragoza, lastran a un equipo que veremos si, con el tiempo, es capaz de recuperarse bajo la dirección de Enrique Martín.

Volviendo al Real Zaragoza, Lucas Alcaraz daba en la mañana de este domingo la lista de dieciocho convocados para el partido en Tarragona. Las apariciones de Pep Biel, de Bruno Perone y, sobre todo, de Álvaro Vázquez suponían grandes novedades con respecto al anterior encuentro frente al Granada CF. Además de la baja por sanción de Alberto Benito y a las bajas señaladas anteriormente de Grippo y Buff, se suman las ya conocidas de Giorgi Papunashvili, Gaizka Toquero y Raúl Guti, que ya entrena con sus compañeros; una noticia esperanzadora para el futuro inmediato de los maños. También se quedan fuera por decisión técnica Jeison Medina y Raí, que todavía no convencen al técnico granadino y que, con las recuperaciones de Marc Gual y Álvaro Vázquez, tendrán todavía más complicado poder entrar en las convocatorias. Las reapariciones de los dos arietes catalanes pueden ser el punto de inflexión que necesita el Real Zaragoza para empezar a tomar aire. Veremos si Lucas Alcaraz redefine el esquema del equipo, dando entrada a los dos junto a Jorge Pombo en la delantera pasando a un 4-3-3 o manteniendo el mismo sistema retrasando al delantero maño a la posición de mediapunta, jugando en una posición donde rindió de manera sobresaliente en la segunda parte frente al Albacete en el Carlos Belmonte. Otra opción es que ‘el Lobo’ parta desde el banquillo como medida cautelar ante su reciente recuperación. Con todo, la baraja de opciones para el entrenador andaluz empieza a ampliarse, lo que supone, en gran parte, una excelente noticia para los intereses del Real Zaragoza.

Así pues, en la noche del lunes viviremos un trepidante encuentro por la salvación entre dos rivales llamados a rendir mucho más de lo que lo están haciendo. El colegiado Luis Mario Milla Alvendiz, del comité andaluz, tratará de impartir justicia en este duelo de urgencias donde uno de los dos conjuntos puede salir malparado. Sin embargo, como dijo Enrique Martín en rueda de prensa, es cierto que la Segunda División es muy larga y debe tomarse como una carrera de fondo. Es pronto todavía como para que el resultado de este partido condene al equipo que resulte vencido (o a los dos, en caso de empate). En esta fase de la liga en la que nos encontramos, el fútbol te da la oportunidad de resarcirte semana tras semana, pero conviene desterrar los malos augurios y el pesimismo para no entrar en una dinámica de malos resultados que, si te sorprende en los momentos finales de la temporada, puede acabar hundiéndote definitivamente. 

Posibles onces