El Real Zaragoza llegaba a Tarragona con la obligación de sumar los 3 puntos y salir de los puestos de descenso a 2ºB. El equipo maño se enfrentaba a un equipo directo por ese objetivo, el Nastic de Tarragona, que era el colista de la liga 123 y lo sigue siendo tras su derrota. Lucas Alcaraz afrontaba su tercer partido a los mandos del Real Zaragoza sin saber aún que significaba puntuar, para ello revolucionó el once inicial y el rombo, sistema de juego tan utilizado en los últimos meses por el equipo maño.

Revolución total

El entrenador del Real Zaragoza, Lucas Alcaraz, sorprendió a todos a la hora de anunciar su once inicial en Tarragona. El granadino sentó en el banquillo a Zapater, James, Aguirre, Álex Muñoz y Álvaro Vázquez que venían de ser titulares en partidos anteriores, excepto Vázquez que volvía de lesión. En sus lugares entraron Perone, Ros, Nieto y Pep Biel. Gran presencia de la cantera zaragocista en el once con Delmás, que jugó por el sancionado Benito, Lasure, Pombo y las incorporaciones ya dichas de Nieto y Pep Biel. Además de cambios en el once, se produjo un cambio importante en el sistema de juego. Desapareció el mítico rombo tan utilizado para pasar a un 5-3-2, con Nieto actuando de tercer central.

Más seguridad defensiva con el problema de siempre

Con este sistema de juego se ganó en seguridad atrás y se mejoró defensivamente, el Zaragoza solo recibió 2 tiros a puerta. Los jugadores blanquillos se encontraron más cómodos estando más cerca del balón, además la incorporación de un tercer central ayudó a la salida de balón y reforzó mejor las bandas. Pero siempre hay un problema y se le llama balón parado, el Zaragoza encajó el único gol en contra en el minuto 4 con un córner votado al segundo palo y a la altura de la línea del área pequeña, donde Fali remataba a placer tras deshacerse de la marca de Verdasca.

Poca producción ofensiva

El Real Zaragoza solo tiró 2 tiros a puerta y marcó 3 goles gracias al gol en propia puerta de Djetei, una buena falta ejecutada por Pep Biel y un regalo de la defensa del Nastic que definió bien Álvaro. El cambio de sistema dotó de más balón al equipo maño, pero sin escaso peligro sobre la portería de Becerra. El hombre más activo de los blanquillos fue Pombo, ofreciéndose continuamente. Hubo unos cuantos minutos en los que Eguaras, Pombo y Pep Biel se asociaron pudiendo crear algo de peligro, pero la sensación es de que casi no se ocasionaron oportunidades.