España se marchó de Zagreb sumida en una profunda decepción. A pesar de haberlo intentado ante una buena y notoria Croacia que en todo momento puso el partido al rojo vivo y no tiró la toalla a la hora de intentar conseguir la victoria y crear una esperanza para su posible clasificación para la Final Four de la UEFA Nations League, los de Luis Enrique sucumbieron en un partido en el que reaccionaron ante un golpe de autoridad y terminaron yéndose con la necesidad de que los balcánicos empaten ante Inglaterra el próximo domingo para obtener una clasificación que parecía ser fácil por lo conseguido en los últimos partidos.

Así fue la triste realidad de un equipo al que volvía Jordi Alba después de haber estado ausente durante un buen tiempo en las convocatorias del técnico asturiano y que perdía el oxígeno que parecía haber cogido en las últimas jornadas.

La del Maksimir fue una noche áspera en la que al equipo que defendía la rojigualda, con David De Gea bajo palos, Sergi Roberto en el lateral derecho, Sergio Ramos e Íñigo Martínez formando la pareja de centrales, Jordi Alba en el lateral izquierdo, Saúl Ñíguez, Sergio Busquets y Dani Ceballos en la medular y Rodrigo Moreno, Iago Aspas e Isco al ataque, le faltó aire e ideas para descifrar a la Croacia de Zlatko Dalić, Ivan Rakitić, Luka Modrić y compañía, subcampeona del Mundial de Rusia. Los españoles no supieron hallar la fórmula para eliminar la incomodidad que los balcánicos pusieron a pie de campo con su juego directo, buenas recuperaciones, mucha presión y mucho control.

Los goles de Dani Ceballos y Sergio Ramos no fueron suficientes para una España que ahora, con seis puntos, dos victorias y dos derrotas en la clasificación de su grupo, es perseguida muy de cerca por la Inglaterra de Gareth Southgate, que goleó a Estados Unidos en la despedida de Wayne Rooney y la Croacia de un Zlatko Dalić que demostró su garra.