Corría un 15 de noviembre del año 2016 cuando Marcelo fue presentado como nuevo jugador del Real Madrid. Un fichaje que venía desde el Fluminense brasileño y que fue una apuesta de futuro. 

El jugador siempre estuvo muy cerca del su mayor referente futbolístico durante su primer año, Roberto Carlos. El joven zaguero fue entrando con frecuencia en la rotación y poco a poco se hizo dueño de una banda izquierda huérfana con la marcha de Roberto Carlos. 

El potencial de Marcelo siempre ha sido explotar las subidas y repliegues cuando el Madrid se volcaba sobre el área rival, y para ello encontró un socio de lujo, Cristiano Ronaldo. Desde la llegada del portugués al club blanco, el lateral brasileño ha sido un revulsivo en ataque, que ha hecho jugar a su equipo y ha aportado desborde al mismo. 

Con José Mourinho en el banquillo, el lateral se vió relegado al banquillo en sustitución de Fabio Coentrao. El bajo rendimiento de Marcelo y la confianza del luso en su compatriota fueron los detonantes de esta situación, que encontraría su fin con la llegada de Ancelotti al banquillo del Santiago Bernabéu. 

Desde entonces, Marcelo se ha consolidado en el lateral izquierdo ofreciendo un rendimiento sobresaliente en el mismo, y convirtiéndose a través de su experiencia y veteranía en el segundo capitán del equipo.