Ibn Battuta, Zorrilla, Vallecas y Wanda Metropolitano. Estos estadios han sido revolucionados por un Ousmane Dembélé que marca la diferencia y que siempre que sale al terreno de juego, regala puntos a su equipo.  

Ya no se habla de la falta de actitud y comportamiento de un jugador que sigue teniendo la confianza de Ernesto Valverde o tampoco de su obsesión con los videojuegos, ya que está haciendo todo lo posible por aclarar las cosas y volver a su gran nivel. En el Wanda Metropolitano, el delantero galo logró marcar la diferencia en el momento necesario, marcando el gol que le daría el reparto de puntos ante un Club Atlético de Madrid que comenzó golpeando primero.

Pero cuando el Barcelona sufría por empatar, Ousmane Dembélé sacó su capa y salvó el equipo.

El delantero, que se ha visto en el ojo del huracán en las últimas semanas, mostró de nuevo que es el héroe discreto del equipo. Cuando más lo necesita, ahí está y siempre con goles que marcan la diferencia. Ningún jugador ha conseguido marcar goles tan importantes en la temporada. En lo que va de campeonato, el delantero ha salvado a su equipo consiguiendo siete puntos en cinco partidos con sus goles imprescindibles.

Su comportamiento fuera del campo no gusta a todos, pero lo que ha hecho en el terreno de juego durante los últimos cinco partidos ha dado una felicidad máxima al aficionado culé. Desde el banquillo o saliendo de entrada, ha tenido la cualidad de cambiar la dinámica de los partidos y debemos apreciarlo porque según su técnico "no todo el mundo tiene esa calidad".

Tal vez si será una buena idea dejar de jugar a los videojuegos, pero lo más importante es su contribución al equipo y sus números hablan por él. Si no fuera por él, el equipo no habría estado en los primeros puestos de la clasificación de la competición doméstica, ni tampoco hubiera ganado la Supercopa de España. De hecho, si no fuera por él, los de Ernesto Valverde estarían en el décimo puesto de la tabla con 17 puntos, en vez de ocupar su actual lugar: el segundo puesto, estando a un punto del Sevilla de Pablo Machín.

El futbolista de 21 años ha logrado siete goles y dos asistencias en dieciséis partidos esta temporada. Anotó el gol decisivo en la Supercopa, los goles que dieron la victoria contra el Valladolid y la Real Sociedad y además, fue el hombre que rescató al conjunto azulgrana ante el Rayo Vallecano en el minuto 78 y ante el Atlético Madrid en el minuto 90.

Sin duda, es el héroe discreto.

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