El Santiago Bernabéu fue confirmado como el escenario del partido de vuelta de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors. Este mismo, debía haberse celebrado el pasado 24 de noviembre en el Estadio Monumental Antonio Vespucio Liberti, casa de River, pero tras agresiones al bus que transportaba a sus clásicos rivales a los alrededores de la cancha, la decisión tomada en ese momento fue el de postergar el partido para el siguiente día.
En estos altercados varios vidrios del bus de Boca Juniors fueron rotos y como respuesta a lo sucedido, la policía argentina lanzó gases lacrimógenos que también afectaron a varios jugadores xeneizes e incluso el propio conductor, que por poco pierde el control del vehículo.
Dos jugadores se vieron con mayores afecciones, uno de ellos el capitán Pablo Pérez quien sufrió una hernia en el ojo izquierdo, debido a esquirlas de vidrio. Tras esto era evidente que el partido no se podía jugar ese día y entre la CONMEBOL y los dos clubes, se decidió reprogramar para el siguiente día.
Pero a pesar de eso, el partido tampoco se pudo jugar el domingo, ya que Boca indicó a la CONMBEOL su intención de no jugarlo, ya que aún contaban con jugadores afectado y creían que las condiciones no eran iguales para los dos equipos, además de que no creían que la seguridad ni las condiciones del partido fueran garantizadas.
En los siguientes días ambos equipos pasaron recursos a la CONMEBOL, por un lado, Boca Juniors pidiendo que se les otorgaran los puntos del partido y por lo tanto la copa, ya que River no garantizó su seguridad a los alrededores de su propio estadio, como lo indican las reglas de la CONMEBOL y River Plate defendiendo que los hechos ocurridos fueron en una zona que no les correspondía a ellos.
Entre ida y vuelta, el Tribunal de Disciplina no aceptó el pedido de Boca, impuso una multa y sanción a River, lo que indicaba que el partido de vuelta se debía jugar. La CONMEBOL anticipándose a este fallo ya había anunciado anteriormente su intención de que este encuentro faltante ya no se disputará en territorio argentino y tras días de rumores y negociaciones, el pasado jueves se anunció de manera oficial que el partido se jugará el próximo domingo 9 de diciembre, en el Estadio Santiago Bernabéu.
El hogar del Real Madrid será el escenario para una final más, después de haber albergado cuatro de Copa de Europa, de una Eurocopa y del mundial de 1982 entre Italia y Alemania. Ahora cuenta con la oportunidad de recibir a los dos equipos más importantes de Argentina, en la final del que es junto con la Champions League, uno de los torneos continentales de clubes más importantes del mundo.
La CONMEBOL indicó que habrán hinchadas de ambos equipos y también venta libre a quien quiera y pueda asistir al partido. Ahora bien, aunque se haya anunciado de forma oficial por este ente, Boca Juniors continúa su pedido inicial a través de apelaciones y River Plate también tomó el mismo camino, reclamando el hecho que el partido que debía ser jugado en su propio estadio, ahora será en Madrid, con lo que no están de acuerdo.
A espera de cómo se resolverán estas apelaciones, el Bernabéu y la propia ciudad de Madrid, se está preparando para el encuentro.