El Terrassa consigue una importantísima victoria 0-3 frente al Granollers en un partido donde tanto los goles de Sergi Arranz, como las paradas del guardameta José Ortega, acabaron resultando determinantes.

Comenzaba el partido, y la escuadra egarenc era la primera en golpear en el Municipal del Carrer Girona. Ni diez minutos había transcurrido cuando Eloi cometía penalti sobre Sergi Arranz en una jugada enmarañada dentro del área local. Sería el propio delantero gironí el que se encargaría de materializarlo, haciendo así su octavo gol en liga.

Pero, lejos de ponérsele el partido de cara a los de Cristian García, solo sirvió para meterle una marcha más al encuentro. La tensión aumentaba, ante la pasiva mirada del colegiado Alejandro Fernández. Primero sería Àlex Fernández el que viese la tarjeta amarilla, y luego Sergi Arranz en la protesta de una acción donde acabó Dani Sánchez con la nariz embadurnada de sangre. Tanto aumentarían las revoluciones, que Àlex Fernández acabaría viendo la segunda amarilla que le acabaría costando la consecuente expulsión.

Un contratiempo que el técnico egarenc solucionó con una defensa de tres formada por Pallàs, Valls y Yayá, y un centro del campo que reequilibró con la entrada de Dani Sánchez. Pero, sería durante estos minutos de desconcierto cuando el Granollers aprovecharía para intentar llegar a la meta defendida por Ortega, aunque sin profundidad. Una decisión arriesgada, que le costó en un contraataque a los de José Solivelles el 0-2. De nuevo, volvió a aparecer el pichichi Sergi Arranz para introducir con la testa el balón en las redes de la portería defendida por Álvaro.

El Granollers, ya en los minutos finales de la primera mitad, buscaría recortar distancias en el marcador, pero solo la falta de acierto lo impidieron. La falta de acierto y un atentísimo José Ortega que se erigió como un muro infranqueable para Killian y Xavi Civil.

Tras el paso por vestidores, la tendencia se mantuvo con un Granollers combativo sin profundidad, y con un Terrassa que utilizaba el contraataque como su mejor arma para crear peligro a su rival. Siempre por medio de Arranz, que como una isla en medio del océano, se las apañaba siempre para conseguir sobrevivir.

Los locales aprietan

El pasar de los minutos solo sirvió para confirmar la progresiva mejoría de un Granollers que quería más y más. La banda derecha, la frecuentada por Sergi Pastells y Killian, llevó la voz cantante. Múltiples fueron las ocasiones con estos nombres como principales ponentes. Primero un tiro cruzado del ya mencionado Killian, y después un disparo seco del propio Xavi Civil fueron las ocasiones más claras. Sería en estos momentos de flaqueza visitante, cuando José Ortega supo mantener la calma y sostener a su equipo con paradas y reflejos felinos.

Pero, como bien se suele decir, esto es Tercera División. Todo puede cambiar en una jugada, en un instante. Todo son pulgadas. Y en un córner aislado, entre el aluvión de ocasiones locales, Sergi Valls consiguió de cabeza sentenciar el encuentro con el definitivo 0-3. Todavía hubo tiempo para que Yayá casi en el noventa consiguiese hacer el 0-4 solo contra el portero del Granollers.

Finalmente, victoria que deja a los pupilos de Cristian García a tan solo un punto de las posiciones que dan derecho a jugar la promoción de ascenso a Segunda División B, y al Granollers en mitad de tabla tras firmar su tercera derrota consecutiva.