Esto ya es otra cosa. Nuevos aires se respiran en Gijón, donde el pesimismo se ha espantado a base de buenos resultados. El aterrizaje de José Alberto ha devuelto la confianza al equipo, hundido en su anterior periplo con Rubén Baraja. El Sporting cotiza al alza, con la idea de recuperar el tiempo perdido.

Su eliminación al Eibar, y el consiguiente pase a octavos de la Copa del Rey, forman parte solo de la punta del iceberg. Como dijo el técnico rojiblanco, justo después de su debut en Granada: "La mejor versión del Sporting está por llegar." Mientras tanto, el cuadro gijonés se apunta a una nueva ronda en la competición del 'KO', donde ya espera rival para su siguiente eliminatoria.

Con muchas novedades y canteranos en el once inicial, el conjunto asturiano saltó al terreno de Ipurúa sin temor alguno. Su 2-0 en el partido de ida en El Molinón ayudaba, pero no aseguraba el pase contra todo un equipo de la élite del fútbol español. Durante los primeros 45 minutos, se pudo ver a un Sporting atrevido que, a pesar de no ser el dueño de la pelota, puso en más de un aprieto al Eibar.

Fruto de esa valentía, se fue al descanso con un 0-2, gracias a los tantos anotados por Álvaro Jiménez y Pablo Pérez. La parroquia gijonesa, eufórica con los suyos, no se creía la versión que estaban mostrando. Prácticamente, la eliminatoria ya estaba sentenciada.

En la segunda mitad, las tornas cambiaron a favor de los locales. El Eibar, consciente de la dificultad, intentó lo imposible. El gol de Cucurella a los pocos minutos de reanudarse el juego, añadió un poco de sal al insípido partido cuajado por los de Mendilíbar. El cuadro guipuzcoano, dominador del juego, no cesaba en probar continuamente los reflejos de Dani Martín. Sin embargo, el joven meta gijonés dejó un increíble recopilatorio de paradas para el recuerdo.

Encerrados atrás y sin vocación ofensiva alguna, el equipo rojiblanco aguantaba las embestidas de los vascos. Los minutos pasaban y el 1-2 seguía inmóvil. No obstante, el cuadro local no estaba dispuesto a salir perdedor de su estadio. En los últimos compases, Charles establecería el empate final, insuficiente contra un Sporting, que ya es el único conjunto de Segunda que resiste en la Copa del Rey.