Aunque el encuentro en el Benito Villamarín no podía calificarse de 'final', Míchel y sus hombres tenían claro que querían encadenar dos victorias seguidas, y el técnico lo demostró en la alineación. A priori un solo cambio, Raúl de Tomás en el banquillo, pero eso implicaba que el Rayo Vallecano comenzara el encuentro con dos hombres en la punta del ataque, Embarba y Álvaro García, mostrando las ganas de adelantarse en el marcador.

El VAR, protagonista del partido

Pero aunque el Rayo tenía claras sus intenciones de dominar el partido y tener el balón, el Betis, un equipo que tiene un estilo muy definido, supo tener la calma suficiente como para llevar el encuentro al punto donde querían. Los madrileños poco a poco iban perdiendo la posesión y teniendo menos ocasiones cerca de la portería de Pau. Aun así, el empate en el descanso parecía justo, ya que ambos habían trabajado los 45 minutos.

Tras el paso por vestuarios, los dos conjuntos tenían sus jugadas definidas y trataron de poner en juego alternativas que les hicieran adelantarse en el marcador. El Betis, gracias a que comenzó a mover el esférico más cerca de la portería defendida por Dimitrievski, pudo tener la mejor oportunidad del partido hasta el momento. El ex verdiblanco Amat, en un intento de despejar el balón, acabó golpeando a un rival. En ese instante siguió el juego, pero el VAR alertó al colegiado, que incluso fue a revisar la jugada para acabar decretando la pena máxima. Lo Celso, desde los once metros, no falló.

Amat tratando de distribuir el balón | Fotografía: La Liga
Amat tratando de distribuir el balón | Fotografía: La Liga

El Rayo, fiel a su estilo, no se rendía, y quería al menos sacar un punto de esta visita tan complicada. Con Raúl de Tomás ya sobre el césped para apuntalar la parcela ofensiva y Medrán para dar más juego combinativo, intentaron hacerse notar frente a Pau López, pero el deseo de los franjirrojos no se cumplió. Finalmente, el que mató el partido fue Sidnei. Corría el minuto 76 cuando, entre los rivales, el defensa fue capaz de hacerse hueco para pegar un zapatazo que se coló en la portería de los madrileños, y que dejó tocados y hundidos a los rivales. Un 2-0 que provocó que los de Vallecas vuelvan a dejarse tres puntos por el camino.