La baja de Diego Costa no solo condiciona en el aspecto goleador al equipo rojiblanco, si no en los planteamientos realizados por el Cholo Simeone. El de Lagarto es baja hasta febrero por problemas en el pie, por lo que las soluciones en ataque hasta el momento, han sido la inclusión del sustituto natural que hay en la plantilla, Kalinic, o bien la entrada como "falso nueve" de Griezmann, o incluso de Gelson Martins.

En Bélgica, optó por el francés y el experimento salió caro. El empate a cero cosechado lleva a los madrileños a la segunda plaza del Grupo A, lo que le hará enfrentarse en octavos de final a unos de los “gallitos” que acabaron como primeros de grupo (Oporto, PSG, Bayern, Juventus y Manchester City); circunstancia que a Simeone parece no importarle mucho. “Ya veremos si importa ser segundos…” fue su frase en la rueda de prensa post partido, cuando se le preguntó sobre esto.

Un sistema que no carbura en el Atlético

El Brujas, fiel a sus ideas, comenzó con un 3-5-2, que ante el 4-3-3 propuesto por el argentino, les daba una cierta comodidad a la hora de defender a los compañeros de “El Principito” en línea de ataque. La clave del partido, sin duda, se encontraba en las bandas. Saúl, de nuevo lateral izquierdo ante las ausencias de Filipe y Lucas, percutió mucho por su carril, dando profundidad al equipo por su ala.

En el medio del campo, el trivote formado por Rodrigo, Thomas y Koke, liberaba al ghanés y al vallecano, de parte de la labor de destrucción en el medio, que corría a cargo del “14”. Cuando se dan este tipo de situaciones, Koke saca su mejor versión y así fue en la primera parte. Sin embargo Thomas, aunque aportó llegada, se mostró individualista cerca del área blanquinegra.

Koke fue uno de los más destacados en Brujas. Fuente: Atlético de Madrid
Koke fue uno de los más destacados en Brujas. Fuente: Atlético de Madrid

Cambio de disposición en busca de los goles

Tras el paso por vestuarios, Simeone notó la falta de profundidad del equipo por los laterales, ya que el Brujas había corregido parte de su sistema para desactivar el juego por bandas del Atleti; por lo que Correa y Vitolo entraron por Lemar (salió lesionado por un golpe) y Gelson, que estuvieron poco participativos. La disposición no cambiaba un ápice, pero sí reactivaba a un equipo soso y sin fuerza. Tampoco es que los belgas les plantearan problemas, ya que basaban sus opciones de éxito en contra ataques bien defendidos por una zaga de nuevo capitaneada por Godín, y en el balón parado.

El gran cambio táctico se dio en el minuto 68, con la entrada al campo de Kalinic por Thomas. El equipo se reestructuró a un 4-4-2, que en ataque pasaba a ser prácticamente un 4-2-4, en la búsqueda de un gol que diera el pase a la siguiente fase de la Liga de Campeones como primeros de grupo. Lo que estuvo a punto de ocurrir, fue justo el efecto contrario que esperaba el Cholo; contraataque del equipo local en superioridad, centro al área desde la derecha y remate de cabeza de Peres a bocajarro, que Oblak, dando más argumentos a los defensores de que es el mejor portero del mundo, salva de manera milagrosa.

De ahí al final, los intentos del Atlético fueron muy planos, sin apenas peligro. La banda derecha con Correa y Arias, pretendía ser la vía de entrada a una muralla brujense bien armada para  soportar los asaltos rojiblancos.

Urgen medidas en la delantera del Atlético de Madrid, en una temporada en el que el gol se está haciendo mucho de rogar.