A pesar de que Ousmane Dembélé ha provocado que su rendimiento sea motivo de incertidumbre, en Can Barça no hay ninguna duda de que es un jugador diferente.

A pesar de que últimamente ha necesitado tiempo para amoldarse a la filosofía del Fútbol Club Barcelona, el joven delantero galo ha demostrado que cuenta con galones de sobra para afrontar cualquier reto que se le presente y prueba de ello es que Ernesto Valverde confía plenamente en él y es conocedor del talento que tiene.

Con las críticas como contratiempo, ha sabido reaccionar ante cualquier imprevisto y con sus cualidades, ha sabido explotar lo que tanto se le pide en el feudo azulgrana. Con su pólvora ofensiva, en más de una ocasión ha salido al rescate cuando las cosas se le han complicado a un equipo en el que cada vez tiene más cabida por su velocidad y efectividad de cara a portería.

Bien es cierto que a lo mejor, cuando llegó al Camp Nou, recayó sobre él más exigencia de la que se esperaba. Con la reciente salida de Neymar, que había puesto rumbo a París para militar en las filas del Paris Saint-Germain, Ousmane era el fichaje elegido para reemplazar a un astro que con más rodaje, había encantado al público azulgrana. A pesar de lo que eso suponía, el joven delantero francés no renunciaba a su sueño e incluso llegó a hacer presión para salir de las inmediaciones del Signal Iduna Park. Entonces, era comprensible que lo asustadizo prevaleciera sobre el atrevimiento, teniendo en cuenta que la dificultad del objetivo marcado era extrema y a sabiendas de que nunca había sido partícipe de la filosofía de juego que impregnó Johan Cruyff a pie de campo. Quizás, su explosividad, a veces entendida como una pieza que no termina de encajar en el puzzle del equipo, sea un factor favorable de cara a esos partidos en los que toca arriesgar para no perder lo conseguido.

Su subida de nivel dio el pistoletazo de salida en el Ibn Battouta de Tánger. Fue allí donde el atacante galo dio un golpe de autoridad marcando el gol decisivo del partido en el que los azulgranas se alzaron con su decimotercera Supercopa de España y donde sorprendió a Tomáš Vaclík con su juego eléctrico y su efectividad de cara a portería.

Cuando todos veían como amenazante para su figura la llegada de Malcom Oliveira, el delantero francés veía una oportunidad para resarcirse y optar a la titularidad que tan intermitente había sido para él.

Su debut se produjo el 9 de septiembre de 2017 ante el RCD Espanyol, en el derbi catalán. El francés entró al terreno de juego en el minuto 68 sustituyendo a Gerard Deulofeu y en 20 minutos supo convencer a la afición azulgrana con regate y desborde por medio, logrando su primera asistencia y dejándole el esférico a Luis Suárez para que anotara el 5-0 en el marcador.

Hasta hoy, a la espera de que su convicción se quede de una vez impregnada en el aforo del Camp Nou, el francés ha seguido poniendo de su parte para dejar huella y por ahora, lo ha logrado, siendo prueba de ello el acecho que varios clubes europeos están protagonizando en el mercado de fichajes en busca de futuras promesas como él. Pero el desequilibrio personificado ha venido para quedarse y la seguridad que la afición siente cuando ve que es posible que emerja un astro incomparable es total.

El Fútbol Club Barcelona cuenta, a día de hoy, con un héroe discreto que cada vez que tiene la oportunidad, da su mejor versión.