El equipo blanco llegaba a este torneo con las dudas que le vienen persiguiendo durante toda la temporada y que se han acentuado en los últimos partidos, en los que se había sufrido en exceso, ante rivales muy inferiores como son Huesca y Rayo Vallecano, o incluso derrotas muy contundentes como el 0-3 del CSKA de Moscú en el Santiago Bernabéu. Es por eso por lo que Solari ha decidido no arriesgar y jugar con los jugadores que mejor le están rindiendo. El once ha sido prácticamente el mismo que frente al Rayo, con la única diferencia de la entrada de Gareth Bale en vez de un Marco Asensio que arrastra problemas físicos. Manteniendo a Llorente que está siendo uno de los mejores jugadores de la plantilla del Real Madrid, a pesar de que Casemiro ya se encuentra recuperado.

Fuerte inicio del Kashima

El Kashima comenzó avisando en el primer minuto con dos de sus llegadas más peligrosas. Primero con un disparo lejano, tras una pérdida de Sergio Ramos, que desvió Thibaut Courtois a córner en una gran intervención. Y justo después en ese córner poco les faltó a los jugadores del equipo japonés para inaugurar el marcador. El Real Madrid fue llevándose el partido poco a poco a su terreno, desgastando al equipo asiático con posesiones muy largas. Uno de los más destacados en la primera mitad fue Karim Benzema, el francés que cumplía 31 años realizó un encuentro fantástico, bajando a recibir al centro del campo y cayendo a ambas bandas para poder superar así la presión fuerte del Kashima. De hecho, el propio Benzema fue el primero en inquietar la portería de Sun Tae.

Bale marcó el camino

Finalmente sería el hombre del partido, Gareth Bale, el que abriría el marcador, una buena combinación entre Marcelo y él en banda izquierda fueron suficientes para que el galés definiera de manera magistral al palo largo donde no podía llegar el guardameta. Un gol muy importante al filo del descanso que dejó muy tocado al Kashima. Los del país del sol naciente no dejaron de luchar pero este gol les hizo muchísimo daño de cara a la segunda parte. Bale volvía tras descansar frente al Rayo por esas molestias. El de Cardiff siempre aparece en los momentos clave cuando se encuentra al cien por cien. Es alucinante los números de Gareth en semifinales y finales con la camiseta del Real Madrid.

La segunda mitad comenzó con el segundo gol de Bale a los pocos minutos, esta vez tras un error muy grave del Kashima en defensa. La buena presión blanca obligó al conjunto rojizo a ceder atrás en una posición muy comprometida. El central y el guardameta no se entendieron y en ese momento apareció Bale, el más listo para ganarles la partida y marcar el segundo a puerta vacía. Si el primer gol les hizo mucho daño, el segundo tanto dejó a los campeones asiáticos heridos de muerte. El Real se quitó la presión del todo y más aún cuando Bale volvía a marcar minutos más tarde. Otra vez precedido por un gran pase de Marcelo. El balón le llegó al brasileño en la frontal tras un mal golpeo de Modric, amagó varias veces para finalmente ceder a Bale que estaba sólo dentro del área y fusiló al guardameta.

Tras el tercer gol a pensar en la final

Solari decidió quitar a Bale para que tampoco forzase en exceso y dio entrada a un Asensio que tampoco acabó el partido tras resentirse de sus molestias en el muslo. Otro cambio del argentino fue Isco por Lucas Vázquez y reapareció Casemiro para sustituir a Asensio. El equipo blanco se relajó muchísimo tras el tercer gol, y comenzaron a pensar en la propia final. El Kashima acabó recortando distancias a falta de 12 minutos para el final, pero ya sería demasiado tarde. El Real Madrid se enfrentará al Al Ain en la final del sábado para lograr su tercer título de campeón del Mundo de forma consecutiva, entrando así en la historia.