Hace apenas tres años y medio, el Real Oviedo militaba en la Segunda División B del fútbol español, y lo hacía con un equipo mayormente formado por jugadores de diferentes puntos de España, con una mezcla de juventud y veteranía.

Tras el ascenso ocurrido en junio de 2015 en Cádiz, el conjunto asturiano se ha consolidado en la Segunda División, o más conocida como La Liga 1|2|3 por temas de patrocinio. Con el equipo ya en el fútbol profesional, aparte del asalto a la categoría de oro, apareció el objetivo de poder tener una cantera competitiva, una que atraiga a los mayores talentos de la región y que sirva de escaparate para los jugadores, quienes ponen la vista en el primer equipo. La pasada temporada, con Javi Rozada como capitán de barco, el Real Oviedo Vetusta ascendió a Segunda B, precisamente esa categoría tabú para la afición carbayona, una liga que trae malos recuerdos a los seguidores del equipo asturiano por la cantidad de tiempo que llevó salir de ahí. Sin embargo, para un filial, esa categoría es un premio, algo de lo que sentirse orgullosos.

Durante el verano, la secretaría técnica hizo algunos fichajes para el Vetusta, aunque manteniendo la base de jugadores que ascendieron a Segunda B, especialmente los nombres reconocibles como el de Edu Cortina (capitán del filial), Steven PrietoViti Rozada (el cuál no es familia directa del entrenador) o Josín entre otros. El primer "fichaje" fue el de Borja Sánchez, que la pasada campaña ya la había disputado con el filial azul en una cesión del Real Madrid, pero tras la desvinculación del equipo merengue, el ovetense decidió fichar por el club de su ciudad. El extremo está realizando un gran curso, e incluso ha anotado goles para el recuerdo, como el que anota ante la Real Sociedad B desde el centro del campo al primer toque. Además, se unió también el nombre de Lolo González, quien se está convirtiendo en clave en todos los partidos del Vetusta por su instinto goleador a pesar de ser defensa, algo que demostró en la última victoria carbayona ante el Izarra en la que anotó el penalti decisivo en los últimos compases de la segunda mitad.  

El Vetusta celebra el gol de Borja Sánchez al Izarra | Imagen: Real Oviedo
El Vetusta celebra el gol de Borja Sánchez al Izarra | Imagen: Real Oviedo

Con todos estos elementos, Javi Rozada ha construido un auténtico equipo que no quiere tener la etiqueta de recién ascendido y que poco ha poco se ha ido colando en la zona noble del Grupo II de Segunda División B, en una categoría con entidades de mucho renombre como el Racing de Santander o el Mirandés, y otros filiales como el Bilbao Athletic (que recientemente ha estado en La Liga 1|2|3) o el Sporting de Gijón B, equipo que jugó los playoffs de ascenso, pero fue eliminado por el Elche y al que el Vetusta ha ganado en el mini derbi disputado en el Molinón. Los carbayones se encuentran en la cuarta plaza de su grupo, que da derecho a jugar promoción, aunque su ascenso dependerá de que el Real Oviedo suba a Primera División. Los de Rozada han ganado ocho encuentros de los 17 que han disputado, cosechando además siete empates y tan solo dos derrotas en lo que va de temporada, una de ellas en la jornada inicial ante el Barakaldo (equipo que ocupa la tercera plaza) y ante la Unión Deportiva Logroñés.

El Real Oviedo tiene razones para estar orgulloso de su Vetusta, de la campaña que están realizando, y los chavales entrenados por Javi Rozada piden a gritos tener más minutos con el primer equipo