Resulta llamativo ver cómo las ilusiones de una hinchada varían de un fin de semana para otro dependiendo de los acontecimientos que ocurren durante la propia semana. Si el zaragocismo se acostaba el domingo, tras el duro varapalo en La Coruña, con una mezcla de impotencia, dolor y rabia, el lunes amanecía entre sonrisas, buenos recuerdos y vellos de punta. El cese de Lucas Alcaraz, un gran profesional que se ha visto superado por la situación en un club que ya acostumbra a ser una trituradora de entrenadores, daba paso a la noticia más conmovedora de los últimos meses: el posible retorno de Víctor Fernández, el técnico más importante en la historia del Real Zaragoza. Y es que, ya lo escribió Jorge Manrique en la primera copla a la muerte de su padre, «cualquier tiempo pasado / fue mejor». En la capital del Ebro, cuando la nostalgia quiere retrotraerse al pasado más glorioso, todas las mentes confluyen en el diez de mayo de 1995. En una situación como es la actual, con una plantilla que camina en la cuerda floja ante el peligro de caer al más profundo de los abismos, el instructor que conseguía situar a los maños en lo más alto del panorama futbolístico europeo, regresa para asegurar que su legado pueda continuar intacto durante muchos años más. Y no lo hace por la gloria ni por el oro. Lo hace porque la sangre que corre por sus venas es blanquiazul. Porque en su pecho también ruge un león malherido que se aferra con sus tenaces garras a la vida. Porque, como dice la canción Avispas en el cierzo de Manuel Domínguez y Miguel Sorribes, tiene «el alma cuatribarrada y blanquillo el corazón».

Y entre tanta sospecha vestida de inquietud, el principio de acuerdo con el técnico maño se anunciaba en la noche del lunes, después de la despedida de Lucas Alcaraz, y el martes era presentado en La Romareda, la que siempre fue su casa. En su presentación, Víctor anunciaba que el equipo que saltara al césped del municipal este sábado contra el Extremadura poco tendría que ver con los 'onces tipo' que se han visto hasta el momento. Las importantes bajas de Cristian Álvarez y Alberto Benito por lesión, así como la de Diogo Verdasca, que cumplirá ciclo por acumulación de amonestaciones, obligan a introducir cambios notorios en el equipo titular. En la mañana de este viernes se hacía oficial la lista de convocados para el último partido del año. A los ya nombrados, se suman los lesionados Íñígo Eguaras, Simone Grippo y Gaizka Toquero, además de Óliver Buff y Carlos Nieto, que también queda fuera de esta primera lista de Víctor Fernández. Pero, como novedades, aparecen los nombres de Sergio García, portero del filial, y de Diego Aguirre, al que el anterior técnico había dejado fuera de la expedición a tierras gallegas del pasado fin de semana. No obstante, la reaparición más destacada es la de Giorgi Papunashvili, un jugador que, en óptimas condiciones, es capaz de desequilibrar un encuentro cuando más se necesita. Esa chispa del georgiano será vital para que el Real Zaragoza cambie su rumbo de una vez por todas.

Respecto al primer once que alinee Víctor en el primer partido de su tercera etapa al mando del banquillo zaragocista, el único puesto que parece asegurado es el de Álvaro Ratón como guardameta. El resto, es una incógnita, aunque sí se puede asegurar que este primer once será mucho más ofensivo.

Por su parte, el Extremadura UD, inmerso también en la zona baja de la clasificación, llega a un estadio de renombre como es La Romareda dispuesto a presentar sus credenciales para empezar a rodar en el fútbol profesional. Será un partido inédito, ya que es la primera temporada de los extremeños en Segunda División, pues cabe recordar que este club llegó para convertirse en el sucesor del histórico CF Extremadura. La ilusión de Almendralejo por volver a tener un club dentro del fútbol profesional ha dado sus frutos y, al menos, durante esta temporada, la ciudad ha vuelto a copar una de las plazas de honor en el deporte rey español. Los movimientos en las oficinas fueron una de las sensaciones del verano. Con fichajes tan sorprendentes como los de Vincenzo Renella, Chuli o Diego Capel, revolucionaban el mercado. Pero, una vez comenzada la liga, después de cosechar una serie de malos resultados en las primeras jornadas, la directiva azulgrana prescindía del entrenador escogido para empezar a competir en la división de plata, Juan Sabas. El elegido para que el sueño pudiera continuar era un ex del banquillo zaragocista, Antonio Rodríguez Saravia 'Rodri', que ejerció como segundo entrenador durante la etapa de Raúl Agné al frente del conjunto maño. Se estrenaba contra el Reus, y supo captar las necesidades de su plantilla de manera muy precoz, lo que permitió que los suyos, con dos victorias y dos empates hasta el tropiezo frente al colista la pasada jornada, pudieran coger oxígeno y salir de la zona de descenso.

El Extremadura UD también publicaba este viernes su lista de dieciocho convocados. Diego Capel es la baja más notoria de los azulgranas, ya que no ha podido recuperarse a tiempo de las molestias que arrastraba. A la baja por lesión del almeriense se suma, del mismo modo, Carlos Valverde. Tampoco viajarán a tierras mañas Olabe, Fausto Tienza y Álex Díez, que deberán cumplir con sus respectivas sanciones. Para cubrir estas vacantes en la convocatoria, 'Rodri' ha incluido en su lista a los canteranos Samuel Manchón y Manuel Moya, además de Enric Gallego, Balbi y Marcelo, que vuelven a una convocatoria.

Si hay algo que destaca de forma predominante en el equipo azulgrana es su referencia ofensiva, Enric Gallego. El delantero catalán es una rara avis dentro del deporte rey moderno, de las que gustan al espectador más nostálgico, al que entiende el fútbol como un sentimiento más que como, exclusivamente, un deporte. A sus treinta y dos años, ha debutado en el fútbol profesional esta misma temporada y ha caído de pie. Con sus catorce dianas en dieciocho partidos sostiene al Extremadura por encima de los puestos de descenso y apunta a ser uno de los culebrones de este mercado invernal. Un goleador nato, de los que causan estragos en los rivales, de los que les da igual rematar con la cabeza o con el pie porque saben, en todo momento, dónde se encuentra la portería. Ante una defensa tan débil como ha demostrado ser la del Real Zaragoza, tendrá la oportunidad de ampliar sus números para terminar un 2018 para recordar.

Sólo queda por decir que para aquellos que aprecien el romanticismo en el fútbol, este es su partido. El emotivo regreso de Víctor Fernández a la que siempre fue su casa; el debut en La Romareda de un equipo dispuesto a honrar la memoria de su predecesor y seguir su propio camino, o la posibilidad de ver en acción al veterano, debutante y máximo goleador de la categoría de plata, son algunos de los argumentos por los que se deberá ver el Real Zaragoza - Extremadura UD. El riojano Daniel Ocón Arraiz dirigirá un choque por la zona baja de la clasificación que servirá para cerrar el año para uno y otro equipo. Los visitantes deberán sumar los tres puntos para dar otro paso más hacia la permanencia, algo que también tendrán que hacer los maños para salir de los puestos de descenso. En 2008, el despido del actual técnico fue el comienzo de la peor etapa de los blanquillos en toda su historia. Quizá, su regreso pueda servir como punto de inflexión para acabar, cuanto antes, con esta larga agonía que los seguidores soportan día tras día desde hace tanto.

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