El 2018 ha sido un año decepcionante para el Sporting. Con el objetivo del ascenso incumplido al final del curso anterior, el comienzo de la temporada actual no ha sido tampoco como se esperaba. El deseo por volver a la élite sigue intacto, más si cabe ahora con la llegada de José Alberto al banquillo del primer equipo, que ha devuelto la ilusión a un grupo moralmente roto.

Dentro de ese cúmulo de confusiones, inquietudes y ansias por mejorar, la formación de la plantilla y, por tanto, de su once inicial, también se han visto influenciados. Nada tiene que ver el Sporting de principios de este año con el que lo cierra dentro de unas horas. Unos cambios que, indudablemente, también han afectado al centro del campo del cuadro gijonés.

Demasiado previsibles para ascender

En el primer partido de este 2018, que se disputó en El Molinón frente al Córdoba, Rubén Baraja apostó por un 4-4-2, con un medio compuesto por la dupla del momento: Sergio Álvarez y Álex Bergantiños. Hombre de la casa y experiencia gallega. Un centro del campo demasiado defensivo, con poca aportación creativa, que no acababa de convencer a la parroquia rojiblanca.

Por las bandas, un hegemónico Carmona y Rubén García, una de las grandes sensaciones de la última campaña, completaban la línea de cuatro. El resultado, una victoria por la mínima en casa contra un conjunto en descenso (3-2), dejó muestra de la necesidad que sufría el equipo por encontrar un hombre creador que aportase algo de magia al centro del campo.

Bergantiños corta un balón en el choque frente al Córdoba | Imagen: LaLiga
Bergantiños corta un balón en el choque frente al Córdoba | Imagen: LaLiga

Ante esa mansedumbre que caracterizaba al cuadro gijonés, desde la directiva, se cuajó el fichaje de Hernán Santana, quien sustituiría a Moi Gómez, cedido al Huesca. Su aterrizaje en el Sporting no fue, ni mucho menos, como se esperaba. El centrocampista canario, pieza fundamental en el ascenso de Las Palmas de 2015, no tuvo una buena adaptación en su nuevo club.

Su debut se produjo en el derbi perdido frente al Oviedo en el Tartiere, en el que jugó 22 minutos durante la segunda mitad. A excepción de algún partido en el que saltó al campo desde el inicio, su contribución siempre fue bastante secundaria. La otra opción era apostar por Mareo, donde talentos como Nacho Méndez o Cris Salvador, ya clamaban oportunidades con los mayores.

Sergio intercepta un balón contra el Numancia | Imagen: LaLiga
Sergio intercepta un balón contra el Numancia | Imagen: LaLiga

Durante los meses siguientes y hasta el final de temporada, el dueto Sergio-Bergantiños siguió apareciendo en cada cita del Sporting. Era una formación inamovible para Baraja, quien depositó toda su confianza en esos dos hombres. Aunque sí se pudo apreciar una clara modificación en el sistema escogido por el técnico, que apostaría por un 4-2-3-1 para el resto de la temporada a partir del encuentro contra el Numancia.

La vuelta de Jony, cedido por el Málaga, obligó al preparador vallisoletano a reconfigurar su idea de juego. Por esa razón, se daría paso a la colocación de Rubén García como mediapunta, donde su volatilidad e imaginación para el juego combinativo mejoraron el rendimiento del equipo. Una medida que fue fundamental en la racha de ocho victorias consecutivas del Sporting.

Movimientos veraniegos

Además de los retornos a sus respectivos equipos de Bergantiños y Rubén García, la marcha de Sergio en verano es la modificación protagonista de este 2018. Motor del conjunto asturiano en las últimas campañas, sus plegarias por jugar esta temporada en Primera División con el equipo de su vida no fueron escuchadas. El avilesino, con 26 años y más de 100 partidos con la elástica rojiblanca, no pudo esperar más.

La oferta tentadora del Eibar que, además dejó una buena recompensa para las arcas del club (cuatro millones), fue suficiente bagaje para abandonar la que siempre será "su casa". Una decisión que fue comprendida por gran parte de la afición, quien echó la culpa de su partida a la directiva, que no fue capaz de cumplir no solo el sueño del jugador, sino de todos los sportinguistas.

Anuncio del traspaso de Sergio | Imagen: Real Sporting
Anuncio del traspaso de Sergio | Imagen: Real Sporting

Sin embargo, el periodo estival también significó la promoción de varios jóvenes talentos desde el filial. Nacho Méndez y Cris Salvador, para el juego en la medular, devolvieron parte de esa savia perdida al término de la temporada pasada. Una apuesta por la cantera que, a más de uno, recordó a la pretemporada de 2014, con Abelardo a cargo del equipo. El inicio del último ascenso.

No obstante, también el cuadro gijonés se reforzaría con efectivos foráneos. Isaac Cofie, desde el Genoa, André Sousa, de Os Belenenses, y Robin Lod, del Panathinaikos, completaron un centro del campo que despertó una gran ilusión. La expectativas se dispararon, con la esperanza de que la confección de esta plantilla deleitara a su público con el retorno a la élite.

Un comienzo de temporada complicado

Durante los primeros encuentros del nuevo curso, se hizo notable la falta de tiempo para encajar las nuevas piezas. El novedoso centro del campo necesitaba rodaje para encontrar su mejor versión. En el partido inaugural ante el Alcorcón, Baraja apostó por un doble pivote formado por Hernán y Cofie, quien ganaría la batalla por el puesto contra un Cris Salvador lesionado. En la mediapunta, Nacho Méndez sería el encargado de organizar el juego ofensivo, acompañado de Carmona en la banda derecha.

André Sousa, al final del partido en Alcorcón | Imagen: LaLiga
André Sousa, al final del partido en Alcorcón | Imagen: LaLiga

A pesar de ello, la gran sorpresa y sensación del choque, la dio otro centrocampista sacado desde el banquillo. André Sousa, con un golazo en el tiempo de descuento, salvó un punto para el Sporting. Su ejecución durante los pocos minutos que disputó en Santo Domingo le abrieron las puertas de la titularidad en el siguiente encuentro frente al Nàstic. En contrapartida, Nacho Méndez sería relegado al banquillo, aunque recuperaría su protagonismo posteriormente, para ir perdiéndolo de nuevo poco a poco.

En el estreno de la nueva campaña, Cris Salvador no sería el único centrocampista ausente por lesión. Robin Lod, otro de los fichajes de este verano, tampoco estaría presente en Alcorcón. En los siguientes partidos, y hasta la destitución de Baraja, su participación sería mayúscula. Titular en todos los partidos que disputó, el mediocentro nórdico, incluso, enfiló el camino del gol en su primer encuentro con la casaca rojiblanca.

Momento del debut de Robin Lod | Imagen: LaLiga
Momento del debut de Robin Lod | Imagen: LaLiga

El debut de Cris Salvador con el Sporting se produciría en el duelo de Riazor. Un punto de inflexión en el que su contribución pasaría a ser fundamental, aunque durante poco tiempo. Tan solo dos jornadas se mantendría en la titularidad, para pasar, luego, al más puro ostracismo. Los malos resultados del equipo le brindaron su vuelta, incluso, al once inicial. Una dinámica muy distinta a la de Cofie y Carmona, bendecidos con la confianza del técnico. Hernán, por su parte, no gozaría de plenitud de minutos hasta los últimos partidos de Baraja.

Y José Alberto lo trastocó un poco más

Con la llegada de José Alberto al primer equipo, los cambios volvieron a aparecer en el centro del campo rojiblanco. El nuevo entrenador del Sporting ratificó el apoyo en Cofie, quien devolvió su confianza con un tanto contra el Granada. No obstante, esa apuesta por el ghanés se fue desvaneciendo poco a poco. Su participación, a día de hoy, es prácticamente simbólica.

Cris Salvador persigue a un jugador del Mallorca | Imagen: LaLiga
Cris Salvador persigue a un jugador del Mallorca | Imagen: LaLiga

Al contrario, la situación de Nacho Méndez y Cris Salvador ha mejorado gratamente. Protagonistas absolutos en la idea de juego de José Alberto, su sintonía en el filial se ha visto reflejada también en el primer equipo. En el 4-4-2 establecido por el ovetense en los últimos partidos, la continuidad de Carmona parece inexpugnable. El mallorquín, se mantiene como el máximo anotador sportinguista con seis goles.

Y en el próximo año...

Para el 2019, todo apunta a que José Alberto no experimentará grandes modificaciones en lo que al centro del campo se refiere. En sus cinco partidos al frente del primer equipo, ha demostrado tener las ideas lo suficientemente claras para asentar unas bases. Si las lesiones son respetuosas con sus hombres, el camino a seguir para el nuevo año ya está marcado. Un centro de máquinas claro para luchar por la vuelta a Primera División.

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