Probablemente una de las partes más portantes e indispensables en el mundo del fútbol sea y haya sido siempre el entrenador, la cabeza pensante de un equipo que organiza, plantea, y crea los proyectos tácticos con su plantilla.

El capitán del barco que es un equipo de fútbol, el que marca la ruta a seguir sobre el verde y el que es la mente culpable ante ojos del público de éxitos y decepciones grupales. Un nuevo entrenador puede significar la necesidad de tener un tiempo de adaptación, o no necesitarlo para nada. Dar un cambio radical y tener un lavado de cara que puede conducir a un equipo, desde la pizarra, a la gloria.

El 2018 cuenta con dos entrenadores para el Real Sporting de Gijón, Rubén Baraja, y el actual técnico rojiblanco, José Alberto López.

Rubén Baraja, de menos a más

El año que está llegando a su fin lo comenzaba en su día el entrenador vallisoletano, Rubén Baraja. Un inicio que tenía a los sportinguistas por las nubes, todo fluía a orillas del Río Piles, el juego funcionaba y los resultados acompañaban al equipo.

Después de un comienzo de temporada que no auguraba nada bueno al equipo, y con el club en el la décima posición de la tabla, el Sporting cambió el rumbo marcado inicialmente y apostó por la llegada de un técnico joven y con aires nuevos que les devolviera la ilusión y sobre todo, a los primeros puestos de la clasificación.

Dicho y hecho, el juego del Sporting era completamente diferente, un equipo que gustaba a sus aficionados y que veía su trabajo reflejado en los marcadores y en la clasificación. El Sporting de Baraja vivió un momento muy dulce en la temporada después de casi resignarse a asumir que ni siquiera podrían llegar a jugar los playoffs de ascenso. Pese a que se fue bajando el nivel de juego poco a poco y la inseguridad visible en el equipo en los encuentros lejos de casa, los partidos en El Molinón eran casi significado de victoria, o al menos de sumar puntos al casillero.

Rubén Baraja durante un partido | Fotografía: La Liga
Rubén Baraja durante un partido | Fotografía: La Liga

Bien dicen que el fútbol es imprevisible, pues el Sporting no solo logró llegar a los playoffs, si no que por el camino consiguió dejar nuevos récords por romper. Los entonces pupilos del 'Pipo' Baraja encadenaron un total de 12 partidos sin conocer la derrota, y Diego Mariño estuvo 764 minutos sin saber lo que era que le marcaran un gol.

Pero las rachas siempre se acaban y el comienzo de la nueva temporada no fue benévola para Baraja, que aguantó hasta la jornada 14 como técnico rojiblanco. Tras una muy mala racha tanto de juego como de resultados, dejaba el banquillo del Sporting.

Sale el sol con José Alberto

Recogía el testigo José Alberto López, un cambio que se pedía, literalmente, a gritos dentro del respetable sportinguista. Un entrenador que llamaba a la puerta del primer equipo desde hace tiempo.

Alguien de la casa siempre será bienvenido en el primer equipo rojiblanco. El asturiano empezó con muy buen pie ante un rival de nivel en Segunda División como el Granada, y logró vencer en un estadio en el que nadie había logrado dejar sin puntos al equipo local.

Empezó a verse a un equipo más vertical y con los ojos puestos en la portería rival. Un Sporting que se ve a día de hoy en octavos de final de la Copa del Rey y escalando puestos en la clasificación.

La llegada de José Alberto ha supuesto devolver la ilusión y la sonrisa a los aficionados del Real Sporting, que afrontan con una visión diferente el año que se avecina.