Un comienzo de año esperanzador

El Deportivo comenzó el año ocupando la zona baja de la tabla clasificatoria en la Primera División. Pese a que el club se encontraba en una situación complicada, la llegada de Cristóbal Parralo y el buen juego del equipo esperanzaron al aficionado. Nada más lejos de la realidad, los resultados no acompañaron al buen juego y el Deportivo empezó a caer en picado. Tras una dolorosa derrota en Anoeta por 5-0, la directiva decidía prescindir de los servicios del técnico Parralo.  

Seedorf a los mandos para tocar fondo

Con el equipo en una situación límite, la dirección deportiva tomó una decisión arriesgada para tratar de voltear el rumbo del Dépor. Tras el cese de Cristóbal Parralo, el club coruñés confió en Clarence Seedorf. El técnico holandés trataría de obrar el milagro de la salvación, sin éxito alguno. Seedorf tardó en adaptarse y cuando lo hizo, ya era demasiado tarde. El último tercio de la competición, el Deportivo iba agonizando partido a partido sin apenas dar la talla contra sus rivales directos. El trágico descenso (que no por esperado fue menos doloroso) se produjo a tres jornadas para el final, con una abultada derrota contra el FC Barcelona. El conjunto coruñés firmaba sus peores números en la élite del fútbol profesional. 

Borrón y cuenta nueva: un proyecto ilusionante

Poco después de finalizar una temporada que terminó convirtiéndose en pesadilla, el Dépor comenzaría una remodelación completa de su plantilla. Las salidas de hombres importantes como Lucas, Andone, Çolak, Sidnei o Borges vinieron acompañas de fichajes. Carmelo Del Pozo y el resto de la dirección deportiva confiaron en jugadores contrastados en la Segunda División como Quique González, Pedro Sánchez, David Simón o Dani Giménez. Además, se apostó por Natxo González para dirigir desde el banquillo al equipo herculino. La apuesta por la cantera (con Edu Expósito y Caballo como banderas de Abegondo), la llegada de jugadores comprometidos y los buenos resultados hicieron que el deportivismo fuera recuperando la ilusión por su equipo. 

Cimentando una nueva filosofía

La llegada de Carmelo del Pozo para ocupar el puesto de director deportivo llevó consigo un cambio radical de la filosofía que tenía el club hasta el momento. Se apostó por la cantera desde un comienzo, los fichajes se analizaron de manera exhaustiva para tratar de evitar errores y desde un inicio se persiguió un modelo y una idea de fútbol marcados por Natxo González. Esta nueva filosofía ha contribuido a que el Deportivo esté situado en la zona alta de la clasificación y con claras opciones para ascender. 

Riazor vuelve a ser un fortín

Si algo ha quedado patente en el transcurso de este 2018, es que Riazor ha vuelto a ser un fortín. Con el descenso de categoría y el comienzo de un nuevo proyecto, el estadio herculino se ha convertido en uno de los campos más complicados de la categoría de plata del fútbol español. Desde que comenzó la temporada 18-19, ningún equipo ha sido capaz de ganar en tierras coruñesas. Además, cabe destacar que Riazor ha 'sufrido' una gran evolución. En el verano de este mismo año desde la directiva de apostó por cambiar la cubierta del estadio. Esta es una baza muy importante que tendrá el Deportivo para pelear el ascenso a Primera División. 

Decepcionantes lejos de casa

Todo lo positivo que se le puede atribuir al Deportivo jugando como local, lo tiene de decepcionante cuando parte de visitante. En este 2018, el conjunto gallego solo ha sido capaz de ganar en tres ocasiones lejos de Riazor (San Mamés, Francisco de la Hera, Nou Estadi). Además, en esta presente temporada, el juego del equipo como visitante ha distado del que propone en Riazor. Para el próximo año, una de las tareas de Natxo será el encontrar la regularidad y el buen juego lejos de A Coruña. 

2019: el año del regreso

El deseo que todo deportivista le pedirá al próximo año es, sin lugar a dudas, el ascenso de su equipo. El proyecto del Deportivo tiene como meta principal el regreso a Primera División. Pese a que los herculinos parten como principales candidatos al ascenso, les espera una segunda vuelta de alta dificultad. Visitas a plazas tan complicadas como La Rosaleda, El Sadar, Los Cármenes, El Molinón o el Carlos Tartiere, serán clave para el equipo si quiere regresar a la máxima categoría del fútbol español.