Sin control ni dominio claro y evidente, como sucedía antaño en la 'era Zidane'. Sin dar la mejor versión vista anteriormente o en sus selecciones nacionales. En definitiva, sin ser ellos mismos. Así se ha visto afectado el medio campo del Real Madrid en este curso 2018/2019 hasta la fecha. Con el equipo en horas bajas tanto arriba como abajo, la zona media no ha escapado a la enfermedad blanca. El cambio Lopetegui-Solari tampoco ha servido como medicamento. 

Modric y su nivel tras el Mundial de Rusia

El talento croata brilló junto a su selección en el pasado mundial, llegando hasta la final del torneo. Luego, ese Modric nunca regresó del país ruso. Al menos, eso revelaron sus actuaciones con el club madridista desde el inicio de Liga hasta el final de 2018. Primero, le costó entrar en el once después de volver más tarde de sus vacaciones. Hasta la jornada 5 no disputó los noventa minutos enteros.

Pero al ganador del Balón de Oro aún le faltaba mucho recorrido por recuperar su gran nivel y rendimiento. Después de varios partidos de titular, todavía se esperaba al mejor 'Lukita'. Ese no llegó. Bajo de ritmo, con muestras de cansancio, dominio irregular en cada encuentro, menor precisión, sin maravillar con sus asistencias y poca presencia en ataque. En general,  un croata de oro sin demostrarlo en el Real Madrid. 

Luka Modric durante un partido I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Luka Modric durante un partido I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

Casemiro, pérdido y Kroos, errático 

El pivote brasileño tan solo ha sumado 14 cortes de balón, 77 recuperaciones y 15 despejes en las que son unas cifras muy pobres teniendo en cuenta su función dentro del equipo. En sus 19 partidos entre todas las competiciones, Casemiro tampoco ha estado en su línea de siempre. Sevilla, Levante, Alavés, Barça o CSKA generaron mucho peligro a la defensa blanca, sin la contribución necesaria y nivelada del medio centro. Atrás, ha faltado ese equilibrio que aporta.

Y también en la medular ha fallado Toni Kroos. Su fiabilidad alemana no ha estado presente en esta campaña 2018. Ejemplo de ello fue su error fatídico en la derrota en Moscú. Sus pases no han sido lo que antes eran, más bien han estado imprecisos y erráticos. Por tanto, la elaboración de fútbol se ha visto resentida en el conjunto blanco. 

Kroos en la esquina para sacar un córner I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Kroos en la esquina para sacar un córner I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

Pocos destellos de Ceballos, Asensio e Isco

El sevillano ha jugado más que el curso pasado con Zidane. Ello, fruto de la confianza de Lopetegui y luego de Solari. En sus 13 partidos de Liga ha dejado un dato curioso: bastantes recuperaciones y los mismos pases cortados que Kroos, con cuatrocientos minutos menos jugados que el alemán. Además, vio puerta contra el Celta en la goleada. Sus destellos han sido escasos, pero algo de luz se ha vislumbrado entre tanta oscuridad por la medular. 

Igual ha sucedido con Isco, quien empezó bien la temporada pero conforme se le agotaba el crédito a Lopetegui, también el malagueño fue bajando de escalón. Además, su apendicitis le dejó bastante tocado a la hora de volver al ritmo competitivo y a la titularidad. Dio dos asistencias, anotó un gol y aportó bastante en varios encuentros donde se descolgó hacia arriba. 

Isco vuela para esquivar la entrada de Hugo Mallo I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)
Isco vuela para esquivar la entrada de Hugo Mallo I Foto: Daniel Nieto (VAVEL)

Sin embargo, sus 'detalliscos' apenas se han desplegado sobre el verde. Para colmo, a Solari le dio por sentarlo cuando más lo necesitaba el equipo para conectar la medular con los tres hombres de arriba. Allí donde Marco Asensio tampoco ha destacado en demasía, cuando se esperaba mucho más del mallorquín. Un gol y una asistencia, junto a 36 centros y 19 disparos completan su balance estadístico ofensivo. Pobreza máxima.

Explosión de Llorente al final

La mejor noticia para cerrar 2018 en el club merengue. Una tardía pero llegada explosión ha salido de Marcos Llorente, el otro pivote defensivo de la plantilla. Relegado al banquillo o incluso a las ausencias en convocatorias, la baja de Casemiro le abrió la puerta de la titularidad. El joven la echó abajo con sus actuaciones estelares. Incluso fue premiado con el MVP en la final del Mundial de Clubes.

Antes, en Liga disputó cuarto grandes partidos, con hasta 25 recuperaciones en total y un despliegue defensivo digno de ver. Su energía, entrega, solidaridad, capacidad también para crear juego, además de destruir el del rival, ha cautivado al madridismo. Ahora, solo le falta más continuidad en 2019 para seguir así. Sin duda, ha sido el futbolista del Real Madrid más destacado en un centro del campo irreconocible, impreciso y poco efectivo.  Siempre lleno de dudas.

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