El Real Madrid volvía a otra nueva jornada de liga, la decimoctava. Volvía el club blanco a la carga tras el empate por 2-2 en Castellón ante el Villareal C.F. de Luís García. Parecía que todo quedaba zanjado y el Real Madrid en casa podría dar un golpe de autoridad, pero la mala fortuna, el poco fútbol y los errores arbitrales, condenan de nuevo al equipo madridista, que no consiguió ni un solo punto en la tarde del domingo.

El equipo txuri-urdin fue al Santiago Bernabéu estrenando técnico en el banquillo, Imanol Alguacil, que volvía a coger las riendas de la plantilla vasca después de haberlo hecho la temporada pasada. El último partido de la primera vuelta deja a los de San Sebastián como segundo mejor visitante de la categoría solo por detrás del F.C. Barcelona. Alguacil salió con un 4-2-3-1 que con poco juego en la primera parte sacó mucho petróleo tras ese penalti pitado a Casemiro. Santiago Solari mostró su once típico, con la novedad de Vincius Jr.

Vinicius Jr salió con mucha hambre. Los escasos minutos jugados y la lesión de Bale le han dejado en bandeja la titularidad al brasileño, que como se ha visto desde el minuto uno, ha estado muy participativo, ofreciéndose, y creando mucho peligro en el área de Rulli. Un penalti realizado por Casemiro abrió el marcador a favor de la Real en el minuto tres. Tras el gol, el Real Madrid cuajó una gran primera parte en cuanto a ocasiones se refiere, pero el portero del conjunto visitante puso cerrojo a su puerta.

Tras el descanso, el partido se le puso aún más cuesta arriba a los de Solari, la expulsión de Lucas Vázquez por segunda amarilla dejó a los blancos con diez jugadores. Pesé a la segunda amarilla, el club madridista buscó sin descanso la portería rival. Poco pudieron hacer los cambios; Isco fue el que sustituye a Casemiro y ha sido el cambio que más minutos ha disputado, su participación fue poco notable, apenas encaró a puerta y no se pudo ver la magia del malagueño. Los otros dos cambios, Ceballos y Reguilón, apenas gozaron de minutos.

El Madrid cada vez más impacientado no pudo levantar el marcador y sufrió de más con ese segundo gol de la Real Sociedad, obra de Rubén Pardo. Se vio a un equipo nervioso, sin constancia y poco fluido.