Dicen los sabios del fútbol que un equipo se construye desde atrás. Empezando por una buena defensa, para seguir con el centro del campo y acabar por la delantera. Pues bien, parece que a orillas del Duero se han olvidado de los cimientos, para acabar construyendo la casa sobre la arena. La racha de los pupilos de López Garai es cuanto menos alarmante: de los últimos diez partidos jugados (900 minutos disputados) el equipo rojillo ha ido perdiendo durante prácticamente seis partidos (539 minutos).

Acostumbrados a empezar perdiendo

Córdoba, Sporting, Almería, Las Palmas, Málaga, Rayo Majadahonda, Mallorca, Deportivo de la Coruña, Albacete, Alcorcón y Real Oviedo; todos ellos tienen algo en común y es que, el Numancia empezó por detrás en el marcador en esos choques. Hasta ahora, los sorianos no han sido capaces de voltear un marcador para conseguir la victoria y solo en tres de las citadas once ocasiones anteriores han podido sacar un empate tras empezar perdiendo, una losa demasiado pesada.

Pero, profundizando un poco más en el problema, el fallo del método de Aritz López Garai está en los minutos iniciales. Y es que, el Numancia acostumbra a encajar goles tan tempraneros que desarbolan el intento del entrenador vasco por dominar los encuentros. Con el marcador en contra, el Numancia tiene que apresurarse por conseguir el gol y esto lo aprovecha el rival para hacer daño a la contra y defenderse sin ningún problema. 

De los 1710 minutos (19 encuentros) disputados en Liga hasta ahora el Numancia ha ido perdiendo en 638 minutos (más de siete partidos). Pero es que, si empezamos a estudiar la dinámica del cuadro soriano desde mediados de octubre el dato es todavía más escalofriante: de los últimos 900 minutos disputados (diez encuentros) el Numancia ha ido perdiendo en 539 (casi seis partidos). Imposible pregonar el fútbol de toque cuando lo que falla es tan evidente: la contundencia defensiva. O mejora este equipo o habrá movimiento en los despachos del equipo castellano.

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