No estaba Stuani, tampoco Portu, Borja García o Granell de inicio (entraron mediada la segunda parte), pero el Girona volvió a ser un dolor de muelas para el Atlético de Madrid, que una vez más, y van cuatro, no consigue pasar del empate ante el conjunto catalán. Los tres primeros en liga, este último en Copa del Rey, en un día histórico para Montilivi, que veía por vez primera un partido de octavos de final de la competición. Se está convirtiendo en tradición que cuando juegan albirrojos y colchoneros sea apuesta segura la 'x'. La próxima semana habrá un nuevo envite que dilucidará qué equipo accede a cuartos, quién sabe si con otro empate.

Y eso que el Atlético comenzó mandón, y cosa poco habitual, controlando la posesión (con pasajes de hasta un 68% por un 32% del cuadro local). Cierto es que en los primeros compases tuvo el Girona un par de acercamientos estériles, pero no es el Atlético el mejor rival para ir perdonando ocasiones y así, cuando quiso darse cuenta ya iba por debajo del marcador, merced a un golazo de Griezmann que quitó las telarañas de la escuadra izquierda de Iraizoz, si bien antes de entrar en la portería golpeó la espalda del portero navarro. Era el quinto gol del francés en los cuatro últimos partidos. Y era el vigésimo tercer partido de Iraizoz contra el equipo madrileño, ante el que hasta la fecha sólo ha conseguido dejar su meta impoluta en cinco ocasiones y llevarse la victoria en otras cinco.

Griezmann celebra su gol, el quinto en sus últimos cuatro partidos. Foto: Web Oficial del Club Atlético de Madrid
Griezmann celebra su gol, el quinto en sus últimos cuatro partidos. Foto: Web oficial del Club Atlético de Madrid


Tardó el Girona en darse cuenta que se estaba jugando los cuartos, nunca mejor dicho, y que al otro extremo del campo había un tal Adán que quería aprovechar las pocas oportunidades que le deja su homólogo Oblak. Pero no iba a tener suerte el portero madrileño y mediada la primera parte, un tiro con mucha intención de Lozano aparentemente fácil de blocar hizo que Adán se confiase. Y aunque tocó la pelota, no evitó un gol que ponía las tablas y que dio alas a un Girona que, ahora sí, empezó a tutear al Atlético, pero sin mordiente.

Así se llegó al descanso, y así comenzó la segunda parte, con un Girona más cómodo y con un Atlético que metió a Correa por Montero colocando nuevamente a Saúl en el lateral. Jugaba ahora el Atlético con tres delanteros, a saber, el mencionado Correa, Griezmann y un Kalinic que lo intentaba y de hecho, tuvo una clara ocasión que se le marchó alta. Pero fue el francés el elegido para que Thomas reforzara el medio campo y a partir de ahí el Atlético volvió a tener el mando del partido. Un Thomas que quiso aprovechar un error garrafal en el despeje de Iraizoz con una vaselina que se fue por poco.

Quemó sus naves Germán Burgos, que sustituía a Simeone en su último partido de sanción, dando entrada a un Vitolo que poco a poco pide paso en el equipo y tuvo también su ocasión, pero la desbarató Iraizoz con una parada digna de un portero de balonmano.

Vitolo estuvo muy activo en los veinte minutos que jugó. Foto: Web oficial del Club Atlético de Madrid
Vitolo estuvo muy activo en los veinte minutos que jugó. Foto: Web oficial del Club Atlético de Madrid

Y así se llegó al final del partido, con un empate que deja en el aire la eliminatoria que se decidirá la próxima semana en el Nuevo Metropolitano. Quizás con un empate, en tanda de penaltis, con la primera victoria de alguno de los contendientes... Con un partido apasionante. Así es la Copa.