Ni ribereños, ni egarenses pasan del empate en la Freixa Llarga. Uno a uno final que deja con mal sabor de boca a los pupilos de Cristian García que, tras cuajar una magnífica primera mitad, fueron incapaces de darle finalmente la vuelta al marcador. Sergi Arranz y Aliaga, protagonistas del partido.

El termómetro marcaba diez grados, así, sin piedad. Mantas, gorros e, incluso, orejeras bajo la sombra de la Tribuna. Árboles pelados en los aledaños y un fino hilo de viento que helaba hasta los pensamientos. Sin duda, el invierno había llegado a L’Hospitalet. El Terrassa visitaba al equipo de Xavi Molist en uno de los, sin duda alguna, partidos de la jornada en toda la Tercera División.

Eléctrico arrancaba el partido en la Freixa Llarga. El equipo de Cristian García buscaba el balón, lo quería, triangulaba y atacaba. Nils Puchades, con un tiro que se marchaba lamiendo la escuadra del portero local, protagonizó la primera ocasión de peligro en el minuto cuatro. L’Hospitalet, por su parte, buscaba la portería de Ortega por medio de contraataques que morían en tres cuartos de campo.

El Terrassa era superior sobre el terreno de juego, y Sergi Arranz estuvo a punto de reflejarlo también en el marcador con una vaselina espectacular que se acaba marchando por poco al primer cuarto de hora de partido. Tan solo cuatro minutos más tarde, Aliaga salvaba sobre la línea una nueva ocasión del equipo egarense tras un córner.

Todo cambiaría en el minuto 21 de partido con un penalti a favor de L’Hospitalet que materializaría Rodri tras una más que dudosa mano de Dani Sánchez. A partir de ahí, los locales bajaron el ritmo al partido hasta casi dejarlo en punto muerto. Las largas y estériles posesiones se combinaban con las eternas pérdidas de tiempo que le valió a su capitán una tarjeta amarilla a la media hora de partido. Por su parte, el Terrassa, con más corazón que cabeza, intentaba llegar a la meta defendida por Aliaga.

Tras el paso por la caseta, poco cambiaría la tónica. Unos que proponían, y otros que buscaban con más ansias que otra cosa el final del partido. A los diez minutos de la reanudación, tuvo Marcel Serramitja el empate en un centro para Arranz que acabó salvando Fuster en última instancia. Unos minutos más tarde, la volvió a tener Coro con un balón envenenado que casi se cuela por la escuadra de Aliaga. Y es que, como bien dicta el refranero, cuando el río suena, agua lleva. Era tan solo cuestión de tiempo que acabase llegando el empate al luminoso. Y sí, en una jugada enmarañada dentro del área de L’Hospitalet, acabó llegando el empate. Sería Sergi Arranz en el 61, con todavía tiempo para la reacción.

Coro, que estaba siendo uno de los mejores del partido, volvía a protagonizar otra ocasión de peligro que, de nuevo, acabó salvando Aliaga en última instancia. L’Hospitalet también lo intentaba, aunque de manera muy anárquica y sin demasiada convicción de sus posibilidades. De hecho, en un contraataque en el 73, tuvo el pichichi Salinas el 2-1 en sus botas en un mano a mano frente a Ortega que acabó lanzando fuera.

El equipo de Xavi Molist, iba creciéndose con el paso de los minutos. Solamente la suerte y José Ortega pudieron evitar que el equipo local volviera a adelantarse en el marcador. Además, a esto hay que sumarle la expulsión de Yayá por doble amarilla, y que dejó al Terrassa con diez hombres.

Finalmente, reparto de puntos que permite, tanto a L’Hospitalet como al Terrassa, mantenerse una jornada más en posiciones de playoff de ascenso a Segunda División B.