Muchas son las comparativas que se hacen entre Iñaki Williams y Aritz Aduriz, pero cada una es más desacertada que la anterior. Hay que partir de la base de que ambos jugadores son diametralmente opuestos, tanto por su momento como por su condición física y desempeño dentro del terreno de juego. Es imposible, y muy poco aconsejable, pensar que Williams es el sucesor de Aduriz, pues en poco o nada tiene que parecerse el joven canterano al experimentado ariete donostiarra.

No son pocos los que, inteligentemente, piensan que las cualidades de Williams se adaptan más a los partidos de fuera de casa, y que por ello él debería ser el delantero centro cuando el Athletic juega lejos de San Mamés. Su explosividad se hace aún más interesante cuando el conjunto dirigido ahora por Garitano tiene la oportunidad de contragolpear, tal y como se ha venido demostrando en los últimos tiempos. Y es que, Williams llevaba 770 días sin anotar en La Catedral. Dos años, un mes, una semana y dos días en los que la afición rojiblanca no podía vibrar con un tanto del jugador distinto de este Athletic en lo que al apartado ofensivo se refiere.

Williams ha anotado quince tantos de manera consecutiva lejos de casa

Ante el Sevilla, Williams rompió esa mala racha. Había que remontarse hasta el 4 de diciembre de 2016 para ver la última galopada del rojiblanco sobre el tapete de San Mamés. Fue ante el Eibar, en un tanto marca de la casa que no dudó en recordar ante el conjunto de Machín. Desde entonces, quince goles, todos ellos lejos de casa que han tenido como víctimas a Real Sociedad, Osasuna, Atlético de Madrid (en tres ocasiones), Málaga (en dos ocasiones), Deportivo de La Coruña, Espanyol, Getafe, Villarreal, Real Madrid, Betis, Eibar y Celta de Vigo.

Además, ese primer gol en la última jornada de la primera vuelta no llegaba solo. Antes del término del encuentro, Williams consiguió hacer el que es su segundo doblete delante de su afición. Anteriormente solo había hecho dos goles ante el Partizán en un encuentro europeo disputado en noviembre de 2015. Ahora la presión es menor. Ahora Williams se siente liberado, con todo lo que ello puede desencadenar.