El Rayo no es un equipo es un sentimiento, no es parte del barrio, es el barrio. Y así lo demostró el pasado sábado cuando 'Programa de Autonomía para Personas con Discapacidad' de Servicios Sociales del distrito, visitó al primer equipo del Rayo Vallecano. Pasando una bonita y divertida tarde con los jugadores rayistas.

Muchos analistas coinciden en que quizá el Rayo sea el último equipo de barrio de Europa en una liga de primera. En Vallecas, el club se ha convertido prácticamente en un elemento fundamental del día a día.

Vallecas se sitúa en el sureste de Madrid, quedando delimitado por el cerro Almodóvar y la A3 -antigua autovía de Valencia- en el norte, la autopista M-50 al este, el río Manzanares en el sur y la M-30 en el oeste.

Es un distrito de clase trabajadora que suele ser conocido por su tradición obrera. Uno de los símbolos importantes del distrito es el Estadio de Vallecas, ubicado en el barrio de Palomeras Bajas (distrito de Puente de Vallecas), en la zona sureste de Madrid, entre las calles Payaso Fofó, Arroyo del Olivar y Avenida de la Albufera (donde está la tienda oficial del equipo, en la esquina del propio feudo). Este le pertenece a la Comunidad de Madrid y lo ha cedido al Rayo Vallecano. Además de para los partidos, también se usa para ubicar la meta de la carrera internacional de la archiconocida San Silvestre Vallecana.

Vallecas, y por lo tanto su equipo, el Rayo, tienen la tradición de la comunión, de la solidaridad. La gente se acerca porque considera que el equipo es parte de ellos.

Carmen Martínez Ayuso, una anciana de 85 años fue desahuciada de su piso en 2014, el club consiguió 21.000 euros para ayudar a la anciana a reinstalarse. Historias como estas conectan al Rayo Vallecano con el barrio de Vallecas, y hay muchas.

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