El pasado lunes el Espanyol salió derrotado por 3-0 de Ipurua y, debido a la lamentable imagen del equipo sobre el verde, el canterano es de las pocas alegrías a las que los blanquiazules se aferraron durante el encuentro.

Lluís López nació en la ciudad barcelonesa de Manresa en 1997 y hace cuestión de pocos días, ha cumplido el sueño que lleva persiguiendo desde hace veintiún años: debutar en Primera División con el club de su vida, el RCD Espanyol.

Lluís llegó a la cantera perica en 2005, con los ocho años recién cumplidos, procedente del equipo de su ciudad natal, el Club Gimnàstic Manresa, para jugar en el Benjamín A espanyolista. A partir de ahí, Lluís fue creciendo como persona y como futbolista, superando fases y contratiempos y ascendiendo escalones dentro de la cantera perica gracias a su esfuerzo y a su perseverante trabajo.

Y, entonces, justo cuando se cumplían diez veranos desde que aterrizó en “Sadrià”, le llegó la noticia de que realizaría la pretemporada junto al primer equipo a pesar de contar todavía con ficha de juvenil. Tras el verano, Lluís volvería al Juvenil A, dirigido por David Gallego, y alternaría partidos con el Espanyol B, dirigido por Lluís Planagumà pero sus grandes actuaciones con el filial perico le hicieron un fijo en los onces del actual entrenador del Hércules CF.

Para las dos próximas temporadas, ya con David Gallego al mando del filial periquito, Lluís López se hizo el amo y señor de la defensa blanquiazul, además de capitán del equipo. Tras el descenso a Tercera en la temporada 2016-2017, el central quiso seguir en la disciplina blanquiazul y tan solo un año después, el Espanyol B ascendía y volvía a estar en la categoría de bronce del fútbol español, siendo Lluís unos de los pilares más importantes del ascenso.

Tras la gran temporada con el filial, Lluís López volvía a ser llamado para realizar la pretemporada con el primer equipo. Una vez finalizada, el central volvió al filial perico, con quien ha disputado todos los minutos de competición hasta la fecha.

Sin embargo, el 1 de noviembre fue convocado por Rubi para la ida de los dieciseisavos de la Copa contra el Cádiz en el Ramón de Carranza. A pesar de que el partido lo empezaron Naldo y Duarte, la lesión del brasileño propició su debut en partido oficial con el primer equipo perico. Asimismo, el central fue convocado de nuevo para la vuelta de los octavos contra el Villarreal. Y, de nuevo, debido a la lesión de uno de sus compañeros, Lluís volvió a tener minutos. Era su debut en el RCDE Stadium y delante de su gente.

Cuatro días después, Lluís volvía recibir la llamada de Rubi. Esta vez, sin embargo, se trataba de un encuentro de Liga y cabía la posibilidad de que el canterano fuera titular. Y así fue. Debido a las lesiones de Duarte y David López y a que Hermoso, a pesar de entrar en la convocatoria, no estaba todavía al 100%, Lluís debutó en Liga con su RCD Espanyol jugando los noventa minutos contra el Eibar.

Debido a la falta de efectivos en el eje de la defensa perica no será la última vez que veamos al catalán defendiendo la blanquiazul y, es que, además, Lluís ilusiona. Es un central joven, con salida de balón, fuerte, con proyección y lo que es más importante: sabe lo que es el Espanyol y siente los colores como un aficionado más.