La fe del Girona duró hasta que Karim Benzema quiso. El francés ha activado el modo genio y todo lo que toca lo convierte en oro. Está dotado de un halo de magnificencia que hace disfrutar a todo aquel que admira su fútbol. A la calidad, las asistencias, los demarques y demás intangibles que muchos no valoraban lo suficiente, está sumando goles. Si le faltaba algo para demostrar frente a sus detractores que le acusaban precisamente de eso, Benzema se ha propuesto retratar a todos ellos a base de tantos. De nuevo dos obras de arte sentenciaron la eliminatoria en la primera mitad. El primero de ellos, tras una pared con Carvajal que el delantero definió cruzando el balón al otro palo. El segundo, con un disparo desde fuera del área muy sutil que tocó en el palo antes de entrar. Benzema no quería sustos y con su magia evitó cualquier intento de remontada.

Los jugadores del Madrid celebran uno de los goles ante el Girona/ Foto: Real Madrid
Los jugadores del Madrid celebran uno de los goles ante el Girona/ Foto: Real Madrid

Ningún atisbo de remontada

Para este nuevo Real Madrid no existen los trámites. Desde el partido ante el Sevilla en el que el equipo comenzó a dar síntomas de recuperarse, cada encuentro es una final. Una oportunidad para demostrar que el conjunto blanco ya ha superado ese bache de principio de temporada y que ya huele a Champions. Además, ante la dificultad de la Liga, la Copa se ha convertido en la posibilidad más cercana para los de Solari de conseguir un título y ello se aferra. La alineación titular era una declaración de intenciones. Un mensaje directo al equipo para que todos fueran conscientes de la importancia de este partido. A pesar de los dos goles de ventaja, Montilivi siempre se antoja complicado ante un Girona que buscaba la heroica teniendo como sustento las grandes remontadas que ha habían sucedido en las eliminatorias de los días anteriores.

Antes de que Benzema se vistiera de mago, el Girona comenzó apretando. Un disparo al palo de Granell en el minuto dos de partido dejó claras las intenciones de un equipo que iba a batallar hasta el final. El empuje de los catalanes aupados por su afición se encontró con un Madrid muy serio y profesional que buscaba controlar el balón para apagar a un Girona encendido. Incluso tras el primer gol, el equipo rojiblanco en un arrebato de orgullo no tiró la eliminatoria e intentó ese empate que abriera un hueco de esperanza.

Con lo que no contaban era con la genialidad de un Benzema que volvió a sacar el cincel para esculpir dos goles que, antes del descanso, dejaban la eliminatoria en un imposible.

Una segunda mitad descafeinada

Ya sin ninguna emoción, la segunda parte fue más espesa en cuanto al juego de ambos equipos. El Girona no creía y el Real Madrid se limitó a realizar un ejercicio de profesionalidad y de solidez para dejar pasar el tiempo. Solari pensó en partido del fin de semana y en lo que se le viene encima. Comienza febrero, un mes en el que vuelve la Champions y que contiene además un derbi ante el Atlético la próxima semana y unas semifinales de Copa del Rey ante rivales fuertes. Por todo ello, en el minuto 70, el técnico madridista ya había realizado todos los cambios. Benzema, Ramos y Vinicius tuvieron descanso y entraron Nacho y dos jugadores que necesitan minutos como Bale y Asensio. En estos momentos de temporada, es fundamental que futbolistas como el mallorquín y el galés recuperen su mejor forma y se conviertan en piezas claves.

Vinicius encarando a Pedro Porro/ Foto: Real Madrid
Vinicius encarando a Pedro Porro/ Foto: Real Madrid

El Girona tuvo premio a su insistencia y al orgullo mostrado y consiguió anotar el gol del honor. Pedro Porro culminó un mano a mano tras un pase de Pachón. Un gol para orgullo de la cantera catalana con un tanto fabricado por jugadores jóvenes y canteranos.

También un canterano del Real Madrid hizo el tercer tanto de su equipo. Marcos Llorente tocó a la puerta de Solari para recordarle que, hasta antes de la lesión, estaba siendo uno de los pilares que sostenía al equipo en sus peores momentos. Si Casemiro marcó un golazo ante el Sevilla, Llorente también quiso marcar un buen gol con un disparo seco desde fuera del área.

De esta manera, el Madrid sigue confirmando su recuperación y lo hace con un pase a semifinales de manera contundente y sin dejar un atisbo de duda ante la más mínima posibilidad de remontada.