Cuando un Barcelona - Real Madrid llega a la actualidad futbolística es inevitable echar la mirada atrás y contemplar otras batallas entre ambos equipos en el pasado reciente. Si nos remontamos a la última eliminatoria entre ambos conjuntos en Copa del Rey, también en semifinales, tenemos una exhibición del conjunto blanco en el feudo catalán. Doblete de Cristiano, gol de Varane, y rotura de cintura de Ángel Di María a Puyol para sentenciar el encuentro. Era febrero de 2013.

Todo estaba por definirse, la eliminatoria llegaba abierta a la vuelta

En el partido de ida los culés se habían adelantado gracias a un gol de Cesc Fábregas que, sin embargo, había sido empatado rápidamente por un jovencísimo Varane, en una de sus primeras apariciones con la elástica del Real Madrid. Por ello, el encuentro de vuelta sería trepidante, aunque el Fútbol Club Barcelona partía como ligero favorito debido a su condición de local.

Exhibición blanca

El Real Madrid, que por aquel entonces entrenaba Mourinho, llegó al Camp Nou sin miedo a nada ni a nadie y realizó un partido muy serio. Los merengues cedieron la posesión del esférico al Barcelona y esperaron atrás sus oportunidades a la contra. Una defensa muy organizada y una efectividad ya normalizada de Cristiano Ronaldo serían la combinación perfecta para lograr el pase a la Final de la Copa del Rey.

El primer tanto de los blancos llegaría a los pocos minutos, con una gran galopada de Cristiano Ronaldo que fue trabada por Piqué dentro del área de manera clara. El penalti sería transformado por el portugués. Ya en la segunda parte, los madridistas sentenciarían gracias a una jugada antológica. Khedira despejó un balón a la espalda de la defensa blaugrana y Ángel Di María corrió a por él. El argentino hizo un amago a Carles Puyol y se deshizo de él con un quiebro que dejó plantado al capitán culé en el césped. Su disparo fue interceptado por Pinto pero el rechace acabaría en gol tras el disparo de Cristiano Ronaldo.

Con la eliminatoria ya sentenciada, el Real Madrid marcó el tercero gracias a un poderoso testarazo de Varane al saque de esquina. El francés corría a abrazarse con José Mourinho en la banda y el Camp Nou enmudecía. Finalmente, esa edición de la Copa del Rey sería ganada por el Atlético de Madrid.