El equipo de Solari salto al Johan Cruyff Arena confundido, sin saber muy bien a qué jugar, quizás por estar dos meses sin saber lo que es Europa, la exigencia de la Champions.

En un partido marcado por la intervención del VAR y la no intervención del mismo en algunos momentos, el Real Madrid logró un 1-2 que pone por delante a los blancos en la eliminatoria. El partido de vuelta en el Bernabéu tendrá lugar el próximo 5 de marzo.

Primera parte irreconocible del equipo

El vigente campeón de esta Champions iba a notar un asedio continuo por parte del Ajax durante los primeros 45 minutos del encuentro. Los holandeses iban a poner a prueba a Courtois en varias ocasiones, aprovechando además los continuos fallos en defensa del equipo visitante.

Un Real Madrid que viene de jugar sus dos últimos partidos en el Camp Nou y el Wanda Metropolitano, saliendo ileso de ambos choques, parecía que llegaría a este partido de octavos con la idea de mantener el gran estado del equipo e intentar dejar sentenciada la eliminatoria a la primera de cambio, pero no.

Dicen que la Champions es otro rollo, y así es. Ningún equipo va a regalar nada y menos en octavos de final.

En la segunda parte el Ajax no bajaría los brazos, pero el Real Madrid, con muy poco, hacía daño a los locales. Así, por medio de un gran Vinicius, conductor de la jugada, y un enchufado y goleador Benzema, los de Solari se adelantaban en el marcador.

El Ajax iba a poner, merecidamente, las tablas en el marcador por medio de Ziyech, pero, cuando el empate parecería definitivo, un recién ingresado Asensio hacía el 1-2 final en el minuto 87.

Este partido ha servido al Madrid para saber que no puede relajarse en ningún momento de este último tramo de la temporada, además de salir aún más reforzado con un resultado fuera de casa que pone al equipo por delante en esta eliminatoria.

La polémica del VAR

Si el partido entre Ajax y Real Madrid tuviera que estar marcado por algo, sería por el uso del VAR, el cual se ha estrenado en Champions en estos octavos de final.

La polémica iba a comenzar con un gol de Tagliafico que subía al marcador, pero desde la sala del VAR no tardarían en informar al arbitro principal, el esloveno Skomina, de la posible posición antirreglamentaria de otro jugador del Ajax en la acción del gol, además de obstruir a Courtois en el mismo momento.

Tras la revisión del árbitro a pie de campo en la televisión de la jugada, iba a señalar fuera de juego y por lo tanto anular el gol de los locales.

En el gol del empate del Ajax, los jugadores del Real Madrid iban a protestar por una falta a Lucas Vázquez previa a la jugada del tanto de Ziyech. El VAR no intervendría finalmente en la jugada.

El videoarbitraje tampoco iba a actuar en el 1-2, en una acción en la que De Jong caía al suelo por un posible forcejeo con Lucas Vazquez. El extremo gallego volvía a aparecer en el punto de mira. Los jugadores holandeses se iban a lanzar al árbitro por no señalar falta y conceder el gol del Real Madrid.

Cabe recordar que en el pasado derbi también se acusó al VAR de favorecer a los blancos en varias ocasiones, señalando un penalti que según la afición colchonera era fuera, anulando un gol supuestamente legal a Morata y "comiéndose" un penalti sobre el delantero español en una jugada posterior.

A pesar de todo ello, el VAR sigue unos criterios que, además de utilizar la tecnología, también se deja llevar por la subjetividad del árbitro que se encuentre en la sala, sin buscar favorecer ni perjudicar en ningún momento a un equipo u otro.