Negar que el Sevilla FC  de Pablo Machín está atravesando el peor momento de la temporada sería de cándidos. No obstante, Europa siempre brinda alegrías al equipo de la barriada de Nervión sea el año que sea, esté como esté el equipo. El curso pasado con el heroico pase a cuartos en Champions y éste con la copa que cambió la vida a los sevillistas, con la Europa League. Y es que el combinado andaluz ya tiene su boleto para los octavos tras imponerse a la Lazio por 3-0 en el global. Por ello, hay mucha controversia, pues en liga se ve una cara y en Europa otra.

El Sevilla ha vuelto a su torneo tras tres años de aventura por la UEFA Champions League y lo ha hecho a lo grande, pulverizando rivales y de la mejor manera posible, con una puerta a cero. No es la primera vez que los nervionenses consiguen esta hazaña, y es que hay que irse tres temporadas atrás para evocar la última ocasión que se logró la pureza defensiva en una afrenta continental. Fue cuando los entonces pupilos dirigidos por Emery superaron con creces al Basilea en los octavos de la UEFA del curso 2015/2016. Fue una eliminatoria que no tuvo discusión alguna y se que se terminó de dirimir en la vuelta tras el cero a cero cosechado en St. Jakob Park, escenario donde la escuadra sevillista se alzaría con la quinta y última copa hasta el momento, meses más tarde en ese mismo año. Aquella noche Nervión vibró con los suyos, el 3-0 endosado a los suizos es testigo de ello. El pase a los cuartos se certificó con los goles de Rami, Reyes y Gameiro.

¿Qué dicta todo esto? Pues que si no es en Europa League no se puede alcanzar este éxito, ya que en Champions no se ha podido hacer en estos años. En 2017, los sureños fueron apeados en octavos frente el Leicester tras el 3-2 del global favorable a los ingleses, mientras que en 2018 se produjo el hito de Manchester, pero el gol de Lukaku en Old Trafford empañó el buen hacer de la zaga sevillana.