La primera gran victoria de la temporada del equipo entrenado por Juan Antonio Anquela fue ante un un Albacete Balompié, equipo que venía sin conocer la derrota en las jornadas anteriores. El resultado fue de uno a cero. El gol azul vino a cargo del ahora tan cuestionado Ramón Folch. 

El partido transcurrió con mucho respeto entre los dos contendientes, mucho fútbol de trincheras, con muchos duelos físicos y con poco control del balón por ninguno de los dos lados. Los azules formaban con el famoso 5-2-3, el equipo azul se encontraba todavía en un cambio constante buscando encontrar una racha positiva.

El Real Oviedo venía de perder en Alcorcón por dos goles a cero dando una buena imagen pero sin ningún premio. A la falta de buenos resultados se sumaban las bajas po lesión, por aquella época Carlos Hernández y Alanís engrosaban la enfermería, este último se lesionaba a los pocos minutos de debutar. 

Anquela no encontraba la formula y los cambio de sistema eran constantes. Los partidos fuera de casa eran una montaña rusa, sin desplegar un mal juego no generaba peligro, mientras que el Tartiere conseguía las victorias que se le escapaban fuera.

El partido que se jugará este fin de semana no tiene nada que ver con el de primara vuelta, los dos equipos están en un gran estado de forma, el Albacete Balompié se encuentra líder desplegando un juego fiable y efectivo, son el único que todavía no ha perdido en su estadio. El Real Oviedo está en el mejor momento de la temporada siendo en mejor equipo español del fútbol español de este 2019. 

Parece que por tierras manchegas quieren calentar el encuentro, sobre todo por parte de la prensa, aluden a un supuesto juego duro del equipo azul en el partido de ida y a un fuero de juego que no existió en el gol de Ramón Folch.

Además de hablar de la clausula del "miedo" impuesta por el Real Oviedo a Susaeta, que no es tal, ya que fue la única exigencia del club carbayón ante la salida de entonces jugador azul que tenía contrato en vigor.

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