Cuando el Barça más lo necesita, aparece Messi. Un Messi extraterrestre que sube al equipo a su espalda y los conduce a la victoria. Es igual que un hermano mayor, que asume todas las responsabilidades de los demás. Contra el Sevilla vimos a un Messi que no aceptó un 'no' como respuesta. El crack argentino explotó en el campo del rival y anotó el hat-trick número 50 de su carrera, reforzando el liderato del equipo. Pero si no fuera por el máximo goleador de toda la historia del Barça, ¿las portadas de hoy ilustrarían lo mismo? Cada vez más el Barça se está convirtiendo en el 'FC Messi' y en el Sánchez Pizjuán los azulgranas volvieron a acudir a la llamada del astro argentino para que Messi vaya al rescate, como la bomba de oxígeno que ayuda al paciente con dificultad respiratoria. El destino del equipo cayó en las manos del delantero azulgrana como hemos visto en los últimos años. Y como siempre, Messi tiró del carro, demasiado, sacando sus botas mágicas y convirtiendo el estadio Sánchez Pizjuán en su jardín: 36 goles en 37 encuentros ante los hispalenses, una auténtica barbaridad.

A pesar de que el Barça sumó los tres puntos de oro, sin Messi la batalla vivida en la ciudad sevillana tendría otro relato. Los locales se pusieron por delante con un gol de Jesús Navas en el minuto 23. Una jarra de agua fría para los culés, que se preocupan al no ver a sus jugadores ganar. Por eso, el Barcelona tuvo que reaccionar rápido y quién mejor que Messi, el más admirado por todos, para cambiar las caras frustradas por sonrisas. El capitán reaccionó instantáneamente y marcó el primero de sus tres goles definiendo la perfección con una zurda envidiable, que siempre está allí para salvar a los suyos.

Tras el segundo gol del Sevilla, Messi de nuevo sacó su capa de Superman para empatar el partido. Y luego, sentenció el duelo firmando su hat-trick e incluso regaló una asistencia a su amigo Luis Suárez. Messi sirvió la victoria en la mesa, fue quien hizo el festín y el que permitió en gran parte que el Barcelona se llevara los 3 puntos.

Sigue la preocupación

Hablar de Messi y hablar del Barça son dos cosas completamente distintas. Messi es el salvador del equipo 'blaugrana', mientras algunos otros no están rindiendo al mejor nivel. Es cierto que los de Valverde han mejorado desde el choque ante el Real Valladolid, pero aún falta una montaña abrupta por escalar, y con el objetivo de volver a ver al gran equipo que todos aspiran: el fútbol apasionante con el estilo auténtico del Barça.

No tiene sentido quitarle el mérito al equipo por la victoria pero la verdad es que sin Messi no hubiera sido posible remontar contra los de Pablo Machín. El mundo tiene la fortuna de seguir con la Messi-dependencia sin problema alguno, pero llegará un día en el que eso ya no sea una opción.

Si no fuera por Messi, hay altas probabilidades de que el partido terminase en derrota y con millones de culés deseando que en las farmacias se inventen un ibuprofeno para tolerar el dolor de estas. Pero, Messi no permitió que eso pasase. Sus goles dieron vida a un Barça al que todavía le falta mucho por mejorar, recuperar su propio ritmo y juego. No entramos en el debate de hablar del futuro. Como dice Gerard Piqué, ‘hay que enfocarse en el presente’, pero partidos como este dan una sensación muy preocupante de la vida sin Messi.