La temporada del Recreativo Granada en el grupo IV de Segunda División B está siendo paupérrima, especialmente desde que empezó el año. El plantel de Pedro Morilla no levanta cabeza y tampoco éste parece que sea capaz de solventar una situación que cada jornada que pasa parece insostenible. Tras varios años en la categoría de bronce, en la presente temporada el filial atraviesa su peor momento y si los resultados no mejoran, las consecuencias podrían ser fatales y producise un descenso de categoría.

Ya son 10 partidos consecutivos en los que el Recreativo lleva sin conseguir la victoria, ocho de ellos desde que comenzó el nuevo año. La cifra es peor en cuanto a goles a favor, porque sólo ha anotado dos goles en los últimos ocho encuentros, y no gana desde el 4-1 al Talavera del pasado 9 de diciembre. Una nefasta racha de resultados que hace que el filial nazarí se encuentre en una crisis donde no parece que pueda salir.

Sobre todo si se analiza lo que ocurrió el pasado sábado ante el Sevilla Atlético. La presión del Recreativo es muy diferente a la del primer equipo, pero resulta chocante que un equipo con 11 jugadores no fuera capaz de ganar a un equipo al que le expulsaron hasta tres futbolistas, faltando todavía por delante alrededor de 20 minutos. Los de Morilla no sólo no fueron capaces de llevarse los tres puntos, sino que concedieron un penalty en la recta final, provocando que el filial hispalense consiguiera el triunfo por 1-2 en la Ciudad Deportiva del Granada. La sensación, por tanto, que queda es de un equipo que no es capaz de ganar ante una superioridad sonrojante. Es, sin duda, el peor momento que atraviesa el filial rojiblanco desde que consiguiera el ascenso a Segunda B en la temporada 2012-13.