El Madrid se enfrentaba al Barcelona por segunda vez consecutiva en una semana. El pasado miércoles, el equipo blanco cuajó un buen partido en líneas generales, principalmente en la primera mitad, aunque el poco acierto de cara a gol y la poca contundencia en defensa provocaron que el Madrid cayera derrotado por 0-3. 

En el encuentro de ayer, esta tónica se mantuvo y volvió a ser la principal causante de la derrota merengue. El equipo salió incisivo en los primeros compases, causando peligro principalmente por la banda de Vinicius, a las que el Barcelona contestaba con rápidos contragolpes que buscaban huecos en la zaga blanca. 

En uno de estos contragolpes llegaría el único tanto del partido. Rakitic ganó con mucha superioridad la espalda a Sergio Ramos y picó el balón por encima de Courtois para abrir el marcador. Esta falta de contundencia defensiva también se pudo apreciar en otros tramos del encuentro, pero Courtois solventó el resto de ocasiones peligrosas con contundencia. 

Aunque a pesar de los fallos defensivos, el principal problema de los blancos estuvo de cara al gol. Con un Benzema que ha bajado el nivel alcanzado hace unas semanas, y con un Garteh Bale perdido sobre el terreno de juego, fue Vinicius el que llevó el peso ofensivo del equipo durante el encuentro, aunque con muy poco acierto de cara a portería. La mayoría de tiros del brasileño fueron repelidos por la zaga culé, no iban a portería o Ter Stegen atrapó el balón. 

Los mediocentros también se volcaron en el aspecto ofensivo. Modric contó con un par de buenas ocasiones para igualar el partido, pero la ejecución del croata no fue brillante. 

Un partido en el que se vieron las graves carencias que presenta el conjunto de Solari, las cuales Ernesto Valverde ha sabido explotar a la perfección para conseguir dejar al equipo blanco fuera de la Copa del Rey y con La Liga muy complicada.