Desde el 13 de febrero la historia entre estos dos equipos ha cambiado. De hecho, el presente de ambos es completamente contrario al que vivían en aquel entonces antes del partido de ida de octavos de final de Champions League que se jugó en Holanda.

El Real Madrid venía de una impresionante racha de buenos partidos y resultados. Parecía que la esperanza se reinstauraba entre la plantilla y su afición.  

El Ajax llegaba a ese partido con tres derrotas en cuatro partidos y muchas dudas, además de tener una plantilla extremadamente joven, a la cual se le cuestionaba su preparación para etapas definitorias en un torneo tan exigente como la Champions.

Pero lo cierto es que todos esos antecedentes se desvanecieron tan pronto inició el partido y el Ajax sorprendió, logró disminuir la presencia y poderío del Madrid a lo más mínimo en el primer tiempo. Con su presión alta, marcas personales y gran cantidad de jugadores arriba en las jugadas de ataque, era inevitable pensar que iba a ser una noche histórica en la que un equipo con una edad media de 23 años, podía pasar por encima del campeón de Europa en 13 ocasiones.

Pero la realidad golpeó en la puerta del equipo holandés, y a pesar de dominar casi por completo el partido y a su rival, cometieron el pecado de perdonar y mucho. En reiteradas veces pudieron adelantarse en el marcador, pero no lo hicieron. El Madrid aprovechó las pocas oportunidades que tuvieron esa noche y concretaron sin estilo, pero sí con efectividad. Sin entrar en demasiados detalles, el partido finalizó 1-2 a favor de los merengues.

Pero después de aquel partido, las historias han cambiado. Los holandeses vienen de tres victorias, todas por goleada (5-0, 1-5, 0-3). El Madrid, por otro lado llega con tres derrotas en cuatro partidos, una eliminación de la Copa del Rey, y la posibilidad de seguir peleando por La Liga completamente descartada.

Los roles se cambiaron y lo más probable es que el Ajax aprovechará el bajo estado anímico de su rival, además de ya saber muy bien cómo jugar, para poder dar la sorpresa e intentar eliminar al Madrid.

Las claves del buen presente del Ajax son varias, empezando por dos sencillos conceptos que el mismo Luka Modric expresó: "Son un equipo joven y ambicioso."

El promedio de edad de toda su plantilla es de exactamente de 22.3, dos de sus mayores anotadores (Hakim Ziyech, 14 goles; Kasper Dolberg, diez goles) tiene solo 25 y 21 años respectivamente. Pero la sola juventud no es lo único que les beneficia, ya que los otros dos grandes delanteros (Dusan Tadic, 16 goles; Klaas Jar Huntelaar, diez goles), tienen ya 30 y 35 años.

El balance entre jugadores experimentados que le aportan seriedad a su juego y nombres jóvenes que traen frescura, es una pieza clave de este equipo.

Su compromiso táctico sobre el campo fue uno de los puntos centrales que llevaron al Madrid al sufrimiento en el partido de ida. Era muy claro que las instrucciones de su entrenador Erik Ten Hag, eran tres.

Primero, presión alta desde la salida del balón por parte de los defensas madridistas. Sin importar cual fuese el defensor merengue que tenía el balón e intentara salir jugando con sus compañeros desde el fondo, siempre tenían a un rival prácticamente frente a sus narices. No permitieron que el Madrid tocara, construyera desde atrás e hizo que inevitablemente, por la necesidad de pasar el medio campo, recurrieran a los pelotazos, evitando a sus mediocampistas.

Segundo, marcas personales. Los holandeses siempre encontraron pareja para bailar. Pocas veces se veía a uno de sus jugadores flotando solo en el campo cuando el Madrid tenía la pelota. Si Modric tenía la posesión, tenía a un rival al lado. Si Kroos buscaba el balón, tenía a un jugador vestido de rojo muy cerca a él. Si Benzema estaba por recibir un pase, se lo interceptaban a pocos metros de donde estaba ubicado.

No permitieron a los merengues construir, tejer jugadas, jugar con el balón. Les quitaron su herramienta de trabajo, les redujeron espacios y les succionaron el aire en todo el primer tiempo.

Tercero, atacaron como un ejército. Al momento de recuperar la pelota, el Ajax no fue tímido. Subían a la ofensiva al menos cuatro o cinco jugadores, bien repartidos en todo el ancho del campo, para así buscar la mejor entrada al área de Courtois.

Mantuvieron estas ideas y ritmo durante la primera parte del encuentro, pero en la segunda no hay juventud que aguante a ese frenético paso. Inevitablemente tuvieron que bajar revoluciones, pero no intenciones. No hay que equivocarse, si bien el Madrid se pudo acomodar mejor en los últimos 45 minutos, el partido siguió siendo del Ajax.

Los de Solari deben cuidarse de los delanteros rivales, como Tadic o Tagliafico, quienes son los que más han marcado en esta competición del Ajax en Champions. Y deberán concentrarse en el joven motor de este equipo, Frenkie de Jong, jugador ya contratado por el Barcelona para la próxima temporada. Una mezcla equilibrada entre un volante de marca y de creación.

El Madrid no puede apelar solamente a su jerarquía, nombres e individualidades, ante un equipo tan táctico, aplicado, talentoso y envalentonado. Tendrán que buscar entra su propia caja de herramientas la correcta para dar un golpe sobre la mesa y demostrar que aún están presentes en la Champions League.