Que el Rayo Vallecano no pasa por su mejor momento es conocido por todos. De hecho, tras la última derrota frente al Girona se ve a un solo paso de la peor racha de la historia franjirroja en Primera División. Escasos de recursos debido a su bajo presupuesto, Míchel debe saber dar con la tecla que le vuelva a proporcionar al Rayo victorias que le acerquen a su objetivo de la salvación. El problema viene cuando sus propios jugadores viven también una situación preocupante.

El caso de Gäel Kakuta ha dado mucho que hablar en este pasado mercado invernal cuando, a pesar de su titularidad e importancia en el equipo, el congoleño le pidió al club abandonar la entidad para poder marcharse al Amiens lo que restaba de temporada. La negativa del club fue clara desde un principio, debido a la escasez de recambios y de jugadores en el mercado que pudieran reemplazar al extremo franjirrojo.

Kakuta disputó sus primeros minutos en 2019 tras cinco meses sin jugar un partido oficial con el Rayo Vallecano

Sin embargo, lejos de entender la situación del club, el jugador se declaró en rebeldía y dejó de entrenar con el equipo para poder conseguir forzar una salida que nunca se dio. Todo ello llevó a un clima de agitación que poco afectó a la plantilla, la cual comenzó a cosechar buenos resultados cambiando el sistema táctico a un 5-4-1 con dos carrileros bien abiertos.

Tras cinco meses de entrenamiento en solitario y para sorpresa de todos, Kakuta volvió a pisar el césped de Vallecas este mismo viernes cuando, en el minuto 51 sustituyó a Óscar Trejo para intentar la remontada frente al Girona. Lo más esperado del momento, la reacción del público, que lejos de abuchear a su jugador, se mostró indiferente ante la entrada al terreno de juego del congoleño, sin apenas muestras de aplausos ni silbidos cada vez que tocaba el balón. Sin embargo, no todo terminó ahí, finalizando el encuentro con un feo gesto del extremo al encararse con la afición rayista cuando se consumó la derrota.

Situación que no acompaña al equipo y que si se quiere que Kakuta ayude a los objetivos del club, Míchel deberá gestionar para que todos remen en la misma dirección. El tiempo dirá como acaba la relación de amor odio entre Vallecas y Gäel.