La historia de la SD Eibar y el Estadio de Ipurúa progresaba de una manera espectacular. El pasado domingo día 17 de marzo de 2019, a partir de las 12:00h, armeros y vallisoletanos se veían las caras en el feudo de los guipuzcoanos. A priori un partido un tanto igualado, con la SD Eibar como ligera favorita, probablemente, por el hecho de jugar en casa.

El marcador del encuentro no se movió en absoluto durante el transcurso de la primera mitad, pero sí lo hizo durante el segundo periodo. Corría el reloj del colegiado del encuentro por el minuto 54 de partido, cuando el chileno Fabián Orellana perforaría la meta rival, dejando al Real Valladolid atrás en el camino hacia la salvación. Una derrota no supondría la muerte total para los de José Zorrilla, pero sí que albergaría dudas acerca de su futuro inmediato.

Y es que la que no ve la luz al final del túnel es la SD Eibar, pues concedía dos goles en los últimos minutos del partido. Llegado hasta el último minuto reglamentario del choque, todo parecía controlado por el cuadro local, hasta que el árbitro señaló penalti en el minuto 91, para que así lo transformara Daniele Verde, desde los once metros.

Y no acabaría todo ahí, pues Sergi Guardiola sería el gran culpable de la derrota de la SD Eibar, al anotar el segundo y definitivo tanto, en el minuto 93 de partido, dejando al Estadio de Ipurúa helado.

¿Y el objetivo de entrar en Europa? ¿Y la ambición de aquí a final de temporada? Restan diez jornadas para que finalice el campeonato liguero y no parece que la SD Eibar vaya a poder reaccionar a tiempo, pues actualmente se encuentra a ocho puntos del objetivo, algo casi imposible de alcanzar.

¿Cuál sería el modo de hacerlo? Ganar, ganar y ganar; no le queda otra a una SD Eibar que venciendo la siguiente semana en el Ciutat de Valencia vería el final del túnel algo más cerca de lo que lo hace en estos momentos.