Oviedo y Deportivo de La Coruña se enfrentaban en el Carlos Tartiere con la necesidad de sumar los tres puntos y recortar distancias con sus respectivos rivales. Los coruñeses mejoraron el nivel mostrado en partidos anteriores, pero no fue suficiente para lograr la victoria. Natxo González volvió al famoso rombo, pero faltaron las piezas adecuadas. 

El Dépor entró tarde en el encuentro

Pese a tener 3.000 incondicionales apoyando desde la grada visitante, el equipo gallego saltó al Tartiere perdido, apático y sin ideas. El Oviedo aprovechó esta situación y no tardó en adelantarse en el luminoso: cuando se cumplía el minuto diez del encuentro, Yoel Bárcenas inauguraba el marcador. Además, los carbayones pudieron ampliar las distancias en un par de jugadas de claro peligro. 

Volvieron el rombo y Carlos Fernández

Carlos Fernández, uno de los mejores atacantes de la categoría de plata del fútbol español, regresaba al verde después de meses de lesiones y recaídas. Aprovechando el regreso de Carlos y el buen momento que atraviesa Quique, Natxo apostó por el rombo en mediocampo para acompañar a su pareja favorita de delanteros. El esquema que mejor rendimiento había dado a los herculinos, se volvía a implantar tres meses después. No obstante, algunas de las piezas no encajaron en el puzzle. Didier Moreno comenzó el encuentro jugando como uno de los interiores del rombo. Una posición que en partidos anteriores ya demostró que no era su fuerte y que tenía serios problemas para rendir en ella. A su vez, un Pedro Mosquera desconvocado observaba desde la grada cómo al Dépor le faltaba fútbol. 

La segunda mitad fue coruñesa

Para el Deportivo fue un bálsamo el paso por vestuarios. Tras el descanso, el equipo cambió la actitud y el nivel de juego. El Dépor se adueñó del esférico y comenzó a generar ocasiones. Una genialidad (y se le queda corto el término) de Carlos Fernández, asistió a Quique para que éste igualara fuerzas. Los cambios mejoraron al equipo. Entraron Vítor Silva, Fede Cartabia y Borja Valle en busca del tanto de la victoria. No pudo ser. El Oviedo supo defenderse y el Dépor no aprovechó sus ocasiones. Como nota positiva, el portugués Silva demostró tener fútbol de sobra en sus botas y aportó una cosa que al Deportivo le está faltando en los últimos partidos: criterio y sentido común.

Otra oportunidad desaprovechada

La jornada se antojaba perfecta para los intereses del conjunto herculino. La derrotas de Granada y Mallorca, sumadas a los empates de Albacete y Málaga, le daban al Dépor una oportunidad de oro para recortar puntos a sus rivales directos. No lo hizo. Los pupilos de Natxo lograron un punto en un siempre complicado Carlos Tartiere. Un punto que sirve para recortar un mínimo de distancia con Granada, pero que impide al Deportivo situarse por encima de Málaga y Albacete en la tabla clasificatoria. Si por algo se ha caracterizado este Dépor a lo largo de la temporada, es por su especialidad en dejar escapar puntos clave. La de la pasada jornada fue la enésima oportunidad que los gallegos no supieron aprovechar. 

Un mes de marzo para el olvido

Lo que pudo ser un mes de ensueño se ha convertido en una auténtica pesadilla. El Dépor afrontaba el mes de marzo con tres encuentros por disputar en Riazor y la visita al Carlos Tartiere. Los más optimistas contaban con el full de victorias como local y puntuar en Oviedo. Nada más lejos de la realidad. De esos cuatro encuentros, el Dépor ha cosechado tres empates y una derrota. Con poco más de dos meses por delante, los herculinos afrontan el sprint final de temporada con dos claros objetivos: en primer lugar, recuperar el juego perdido. Y acto seguido, luchar hasta el final por el ascenso directo.