Tras un intenso fin de semana de fútbol en el que alrededor de 3.000 aficionados del Deportivo de La Coruña abarrotaron las calles de Oviedo, tanto viernes, como sábado, en una convivencia más que pacífica y civilizada, aunque a algunos les cueste creerlo, el domingo llegó y con él un choque que no dejaba de ser clave de cara a las aspiraciones tanto de ovetenses como de coruñeses.

Sin embargo, el partido no empezó a las 18:00 para muchos de los aficionados que, a la postre, acabarían poblando las gradas del Carlos Tartiere. Empezaría en el minuto 12, el minuto del aficionado, como protesta por las excesivas medidas de seguridad empleadas para acceder a los estadios y por la censura a determinados cánticos y mensajes que sí que deberían tener cabida en nuestro fútbol.

Los aficionados del Deportivo de la Coruña desplazados, aunque sí que secundaron la respuesta, entraron antes del encuentro por razones de seguridad, y aplaudieron, una vez finalizada la queja que sus homónimos carbayones comenzaron. Se perderían estos últimos, por tanto, el gol que el internacional panameño, Edgar Yoel Bárcenas, anotaría de cabeza en el minuto 7, tras haberlo intentado hasta en dos ocasiones minutos antes, sin éxito.

Joselu felicita a Bárcenas por la consecución del gol que subía el 1-0 al marcador. | Imagen: Real Oviedo
Joselu felicita a Bárcenas por la consecución del gol que subía el 1-0 al marcador. | Imagen: Real Oviedo

Con la afición ya en el campo se vio a un buen Oviedo, que movía el balón de lado a lado con buen criterio y con unos extremos que constantemente variaban su posición y se salían de su zona, cayendo al centro del campo, algo que tanto el canterano Berjón, como Bárcenas, hacen a las mil maravillas.

Por el contrario, el Deportivo de La Coruña notó la ausencia del herculino Pedro Mosquera, en un centro del campo ocupado por el ex del Real Sporting de Gijón, Álex Bergantiños, y por Didier Moreno. Los ataques deportivistas, aun así, llegaron, pero fueron bien contenidos por la defensa, otra vez de cinco componentes, y por un Nereo Champagne que estuvo excelso, sobre todo ante un tiro del vallisoletano Quique González y al que respondió con una mano providencial.

Se llegó al descanso con una dinámica parecida que la del principio del partido. Sobre la cabeza de los aficionados azules rondaba el fantasma de un posible empate, ya que la calidad de los jugadores del Dépor era palpable, a pesar de que no estuvieran firmando una primera parte excesivamente buena.

Sin embargo, el paso por vestuarios reavivó la llama de un equipo que parecía dormida, apagada, latente, y la de una afición que rechina con las decisiones de su entrenador, Natxo González, ex de Reus y Zaragoza. El vitoriano consiguió imponer intensidad a sus pupilos, que salieron con ganas de remontar un partido que se les había puesto cuesta arriba.

Para empezar, consiguieron empatarlo, algo que, aunque siempre probable, parecía lejano en la primera mitad salvo por la ya citada ocasión de Quique. Y es que el Dépor salió mucho más metido que el Oviedo y eso acabó por reflejarse en el electrónico del Carlos Tartiere. Sobre el techo que cubre el segundo anfiteatro del gol sur retumbaron los gritos de "gol" de las miles de gargantas herculinas desplazadas a la capital asturiana.

A partir de ahí, del minuto 53, el intercambio de golpes fue continuo, aunque el Real Oviedo pudo inclinar la balanza más hacia su lado por el empuje de una afición que se hizo notar y por la entrada en el campo de Ibrahima Baldé, pasando el equipo de Juan Antonio Anquela a jugar con dos delanteros en lugar de con uno, cosa que no acostumbra a hacer el jienense de inicio.

Ibra pugna por un balón aéreo con Domingos Duarte. | Imagen: Real Oviedo
Ibra pugna por un balón aéreo con Domingos Duarte. | Imagen: Real Oviedo

En la recta final, la afición protestó un posible penalti sobre el senegalés que finalmente el árbitro del partido, Soto Grado, no acabó por señalar y el partido finalizó con un punto que no sirve ni a visitantes, que ven cómo suman su sexto partido consecutivo sin ganar, ni a locales, que acaban por alejarse en cuatro unidades, del playoff de ascenso a Primera División en una jornada en la que de los primeros clasificados, tan sólo Osasuna había conseguido ganar.

La parte más resaltable del empate fue el debut del canterano Jimmy con el primer equipo del Real Oviedo. El vetustiano, compartió centro del campo con Ramón Folch, y tras su gran partido, reconoció en rueda de prensa haber estado algo nervioso por su primera participación e incluso haberse despertado antes de tiempo durante la noche. Sea como fuere, no se le notó.

Jimmy, durante la 'haka', tras haber debutado en Segunda División con el primer equipo del Real Oviedo. | Imagen: Real Oviedo
Jimmy, durante la 'haka', tras haber debutado en Segunda División con el primer equipo del Real Oviedo. | Imagen: Real Oviedo
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