Dice el tópico que la unión hace la fuerza, y esto es algo que el Granada de Diego Martínez parece tener muy claro. Los pupilos del técnico gallego están realizando una campaña impecable en la que las necesidades del 'nosotros' imperan de manera absoluta por encima del 'yo'. En la tarde de este sábado, el Granada CF consiguió un duro triunfo en un derbi que recordaba a los de antaño, con ambos equipos jugándoselo todo y un ambiente inmejorable. No fue casualidad que los rojiblancos consiguieran defender hasta el final el gol de Antonio Puertas, pues ayer el equipo volvió a justificar con creces su posición en la tabla clasificatoria; primero, atacando hasta conseguir el gol, y después adaptando el juego a lo que demandaba el partido en cada momento. El Granada desactivó al conjunto boquerón a través de la pelota, sin complicaciones atrás, imprimiendo una marcha más cuando los costasoleños se quedaron con un jugador menos y sabiendo aguantar cuando la brújula nazarí, Ángel Montoro, abandonó el terreno de juego en el ecuador del segundo acto.

Sin embargo, el éxito de Granada esta temporada va más allá de lo terrenal. El Nuevo Los Cármenes está viviendo uno de los cursos más especiales de su corta historia, siendo testigo de la más perfecta comunión entre un equipo y su afición; una afición que se ha tornado en un efectivo más para la escuadra del Zaidín, especialmente en los (pocos) momentos de zozobra que ha atravesado. Este sábado, con el equipo sumido en una dinámica más negativa que positiva (dos puntos de nueve posibles en los últimos tres partidos) y con otro de los candidatos al ascenso como es el Málaga enfrente, el 'jugador número 12' fue el mejor revulsivo para los de Diego Martínez una vez más. Una hinchada incansable que supo ponerle al mal tiempo buena cara para llevar a su equipo hacia una victoria clave.

Un cerrojo llamado Rui Silva

El sacrificio del equipo y el apoyo de la grada, sumados a la calidad técnica de la plantilla, han llevado a varios jugadores del Granada a ser protagonistas en su equipo. Son varias las figuras rojiblancas: la fiabilidad de la defensa, con Germán a la cabeza, la brújula de Montoro, el desborde de Vadillo, los goles de Puertas..., y el cerrojo de Rui Silva. El portugués es el Zamora de Segunda División, con tan solo veintiún goles encajados a lo largo de los treinta y tres partidos que lleva disputados. En la jornada de ayer el guardameta nazarí consiguió dejar la portería a cero por decimosexta vez, casi el 50% del total. Además, los datos de Rui Silva arrojan una estadística demoledora, y es que el de Aguas Santas solo ha encajado gol en tres ocasiones antes del descanso (Las Palmas, Sporting y Córdoba).

Una temporada mejor que la anterior

Los tres puntos cosechados ante el Málaga colocaron al Granada con 61 puntos, una cifra que mejora en nueve unidades el registro que el conjunto entonces entrenado por Pedro Morilla obtuvo la pasada campaña a estas alturas. Por si fuera poco, el Granada consiguió igualar la cifra final de puntos que obtuvo al final del curso pasado, cuando se quedó a cuatro del playoff de ascenso, que cerró el Numancia con 65. 

En cuanto al dominio en las áreas, el plantel de Diego Martínez también supera al que Oltra, Morilla y Portugal dirigieron hace un año, pues pese a ver ligeramente mermado su bagaje ofensivo (40 goles a favor por los 44 del año anterior), la seguridad defensiva ha reducido en dieciséis unidades la cifra de goles encajados (37 goles en contra en la 2017/2018).