El Sporting de Gijón regresa a su feudo tras dos semanas de periplo fuera de Asturias en las que el botín obtenido ha sumado cuatro puntos al casillero rojiblanco. El Granada, equipo que marca el umbral de los puestos de ascenso directo, es el rival que pondrá a prueba la resurrección de los gijoneses en este último tramo de competición.

La expedición nazarí desembarcará pronto en tierras norteñas. Su comandante, Antonio Puertas, buscará prolongar su buena racha de cara a gol tras haber puesto en jaque el proyecto de Muñiz en el Málaga. No en vano, tras su última estocada, en la Costa del Sol ya piden la cabeza del técnico asturiano al acumular varios tropiezos en las últimas jornadas.

Pero, ni mucho menos, los peligros del conjunto de Diego Martínez se quedan cercados por las gradas de Los Cármenes. El Granada es, hoy por hoy, el segundo mejor visitante de la categoría después de haber sumado siete victorias y cinco empates (26 puntos) en sus viajes a otros puntos de la geografía española. Sumada a ello, cabe destacar la solidez en su propia área, que ha llevado a coronar a la retaguardia granadina como la mejor defensa del torneo (21 goles encajados).

Puertas, que es el pichichi del equipo con diez goles en liga, parece llegar a Gijón con la puntería más afinada que nunca al haber dado en el blanco en las últimas dos jornadas. El andaluz, con sus tantos, ha sostenido a su equipo entre los seis primeros clasificados desde la jornada tres e, incluso, han logrado mantenerse en puestos de ascenso directo ininterrumpidamente durante las últimas seis jornadas.

El de Benahadux se erige como la mayor amenaza para los intereses sportinguistas; no en vano, tal ha sido su despunte que Diego Martínez ha modificado su posición en diversas ocasiones: por banda, por el centro o, incluso, en punta. El canterano ha demostrado no solo una tremenda versatilidad o una eficiente finalización en sus remates, sino también la capacidad de esperar su oportunidad desde el banquillo durante ciertos periodos de la temporada.

Puertas, de hecho, ha visto cambiado su rol radicalmente en comparación a su campaña de debut en la primera plantilla del Granada. Con la llegada de Martínez, su incidencia en el devenir del equipo ha sido notable: 30 partidos jugados de un total de 33, los cuales ya pulverizan las 19 participaciones del curso anterior.

El incansable trabajo del goleador nazarí se ha visto también ayudado por las ocho asistencias de Vadillo o el talento de jugadores de la talla de Montoro, Fede Vico o Adrián Ramos, que constituyen uno de los mejores ataques de la categoría.

De todas formas, y a pesar del buen bagaje como huésped del conjunto granadino, el Sporting cuenta con el optimista, pero muchas veces endeble argumento de las estadísticas: solo ha perdido una vez en El Molinón contra los andaluces (hace 60 años). Si se avanza en el tiempo hasta los últimos encuentros entre escuadras rojiblancas, el equipo asturiano sale bien parado: el año pasado ganó como local por dos goles a uno en la penúltima jornada de competición y esta temporada, en calidad de visitante, logró romper con la maldición de Los Cármenes apuntando su primera victoria allí en el palmarés histórico.

Además, aquel duelo supuso la inauguración de la era José Alberto en el cuadro gijonés y, todo ello, derrumbando varios muros psicológicos: gol de la victoria en el último minuto, debut como anotador de Traver, punto final a la sangría de siete encuentros sin ganar, primera derrota granadina como local y primeros tres puntos fuera de casa esta campaña.

En esta ocasión, en lugar de frenar trayectorias, los guajes de José Alberto deberán confirmar las sensaciones que han ido generando a nivel moral y futbolístico. De esta manera, el objetivo será prolongar la racha de seis partidos sin perder que les ha llevado a llamar a las puertas del playoffs de ascenso a Primera División.

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