La Real Sociedad viene de encajar nada más y nada menos que tres tantos en el Estadio de Balaídos, el pasado domingo, en una lluviosa tarde, tras vencer en el tiempo de descanso. Los de Imanol Alguacil se impusieron claramente en el primer capítulo del encuentro al Celta de Vigo, poniendo el 0-1 en el marcador, siendo mérito, primero de Mikel Oyarzabal, provocándolo, tras un derribo dentro del área, y posteriormente de Willian José, transformándolo.

Tras la reanudación llegaron los problemas para los txuri-urdin, que con el diluvio gallego se convirtió en una tarde para olvidar. Penalti sobre Aspas, roja directa a Willian José, y otros dos tantos más encajados, con un Rulli que parecía moverse por un cuadrilátero, tras haber disputado un combate de boxeo, por los múltiples golpes que recibió de cuello para arriba.

Los donostiarras volvieron derrotados de un partido, que tras vencer al descanso, estaba muy de cara, no solo por el resultado, sino por las sensaciones mostradas con anterioridad.

Con la derrota, los txuri-urdin se colocaban con 40 puntos en la décima posición, a 6 del sexto. Por su parte, los de Jose Luis Mendilibar, al igual que los donostiarras, cayeron derrotados, y suman un punto menos, 39.

Una situación difícil la de ambos conjuntos, pero que con una victoria en el Estadio de Anoeta podría revertir la situación para cualquiera de los equipos, al menos, por el momento.

Imanol Alguacil es un entrenador al que le gusta tener la posesión de la pelota, mimarla, cuidarla, y cuando hay que atacar, atacarla. Jugadores tiene, pero le falta esa continuidad y constancia para asentarse en los puestos de arriba; posiblemente, el punto débil de esta Real Sociedad se encuentre en la irregularidad, que conlleva a ver a veces a kilómetros los objetivos impuestos al principio de la campaña.

Así, la SD Eibar visitará un Anoeta decepcionado, pero seguro que un buen sector de la afición txuri-urdin todavía creerá que existen posibilidades de Europa; ¿y para el Eibar, hay alguna?