Philippe Coutinho no está pasando por su mejor momento como azulgrana. El futbolista portugués no cuenta con muchos minutos y se podría considerar como un hombre no indispensable en esquema titular habitual de Valverde. Sin embargo, durante los últimos meses Coutinho ha aprovechado las lesiones de Ousmane Dembélé para hacerse un hueco fijo en el once y mejorar su rendimiento.

En las  últimas semanas ya se le vio un cambio de mentalidad. De ese jugador derrotado y abatido porque nada le salía bien sobre el césped, se ha pasado a un Coutinho más valiente, que no teme a encarar el rival y a disparar a portería cuando dispone de una buena oportunidad.

En las últimas semanas, Coutinho también ha cambiado su forma de jugar. De aquel Coutinho individualista al que le costaba deshacerse de la zaga rival con regates inalcanzables, se ha pasado a un Coutinho con visión de equipo. El brasileño parece haberse adaptado al estilo Barça, con el juego de toque y paciencia, entendiéndose a la perfección con su compañero en la banda izquierda, Jordi Alba, y con buenas combinaciones con Messi y Luis Suárez en ataque. 

En Old Trafford se vio una versión mejorada de Coutinho. El '7' del Barça encaró a Ashley Young sin pavor en multitud de ocasiones, y cuando vio la oportunidad no dudó en disparar sobre la portería de De Gea. Sin embargo, en el 'Teatro de los Sueños' se topó con una buena actuación del guardameta español, que le negó el gol en varias ocasiones.

En la vuelta en el Camp Nou, Coutinho no perdonó. En la previa del partido se especuló con una posible suplencia del brasileño en favor de un Ousmane Dembélé que ya fue titular en Liga en Huesca. No obstante, Coutinho arrancó el partido como titular, y aunque su primer tiempo estuvo eclipsado por la 'masterclass' de Messi, en la segunda parte se reivindicó. En el minuto 61, Coutinho armó un potente disparo desde fuera del área, que se coló en la escuadra derecha de la portería de David de Gea. Era el tercer y definitivo gol de los azulgranas ante el United, que servía para lograr el billete para semifinales cuatro años después. Coutinho celebró el gol tapándose los oídos, un gesto que demuestra el ímpetu por reivindicarse del brasileño. 

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