Como un cohete. A pesar de su despegue dudoso, la nave comandada por José Alberto ya ha cogido altura. Tras su última victoria contra el Granada en El Molinón, el Sporting ha sido un no parar, encarrilando siete partidos consecutivos sin conocer la derrota.

Desde su caída ante el Rayo Majadahonda el pasado mes de febrero, el conjunto rojiblanco ha sumado seis triunfos y tan solo un empate. Unos números de escándalo que han colocado a los gijoneses en la octava posición, únicamente a tres puntos del Málaga, rival que marca la zona de playoff. 

Y es que su remontada llega en el mejor momento de la temporada, cuando restan ocho fechas para concluir la campaña. Esta mejoría que ha experimentado el equipo recuerda a la que consiguió el año pasado.

Sin embargo, en esta ocasión, las sensaciones, aunque similares a las del curso anterior, son todavía más positivas. Impensable unos meses atrás, el cuadro asturiano sueña con su aterrizaje en la élite, a sabiendas de que lo más difícil está aún por llegar. No obstante, los buenos resultados cosechados en sus últimos tres partidos, que fueron una dura prueba para sus aspiraciones, dan alas para continuar con el vuelo hacia el ascenso.

'Partido a partido'. Con la misma idea que su homólogo en el Atlético de Madrid, José Alberto ya prepara la próxima cita de los suyos, con el objetivo de lograr una victoria que permita al equipo adentrarse en los puestos de promoción. A pesar de sus posibilidades clasificatorias, el combinado gijonés tan solo piensa en el encuentro frente al Nàstic en Tarragona.

Un nuevo obstáculo en su trayectoria ascendente que intentará superar con la ayuda de Uros Djurdjevic. El ariete serbio, que ya acumula diez tantos, ha sido vital con sus tres goles en las tres últimas citas. También la aportación de Mariño, fundamental el pasado viernes con sus paradas para mantenerse por la senda de la victoria.