Si a cualquiera de los miles de sportinguistas que se darán cita en El Molinón-Enrique Castro Quini el domingo a las 16:00 horas se le preguntase por Juan Francisco Martínez Modesto, probablemente no sabría qué decir. Sin embargo, si el nombre puesto sobre la mesa fuese el de Nino, quizás más de uno comenzaría a temblar.

El delantero de Vera se ha convertido con el paso del tiempo en todo un estandarte en el panorama futbolístico español. No en vano, Nino es el futbolista con más goles y más partidos a sus espaldas de la historia de la categoría de plata de nuestro país. De los 184 tantos anotados por el almeriense en La Liga 1|2|3, siete se acumularon tras batir la portería del Sporting. El último que marcó en tierras gijonesas no fue en el estadio municipal, sino en la Escuela de Fútbol de Mareo contra el filial sportinguista. En la histórica promoción de ascenso disputada por los guajes el año pasadoel delantero franjiverde les endosó tres goles (dos en la ida y otro en la vuelta).

Sumando las siete veces que vio portería contra el primer equipo y las tres en las que el que sucumbió fue el filial, Nino se ha convertido en todo un clásico en los comentarios de la parroquia sportinguista. Muchos son conocedores del peligro que alberga el incombustible atacante que, a sus 38 años, es también uno de los decanos en activo del campeonato. 

Además, el de Vera está empeñado en demostrar su inmortalidad. Tras un inicio de competición en el que no solía participar como titular en los encuentros de su equipo, ahora parece haber recuperado el liderazgo de los ilicitanos. A causa de ese comienzo irregular, es su compañero Iván Sánchez, el que, en cifras de la presente temporada, se erige como ariete con más fortuna del cuadro levantino (seis goles). 

Otros de los peligros añadidos al idilio con el gol en el que parece estar envuelta la carrera de Nino, son los que vienen precedidos por la "Ley del ex". Xavi Torres, Yacine Qasmi y Carlos Castro, han alcanzado un nivel de prestaciones más que correcto desde que llegaron a Elche. Su momento dulce puede ayudar en la tarea de poner en riesgo la racha invicta del Sporting, que, a pesar del último frenazo, ha llevado a los rojiblancos a discutir los puestos de liguilla de ascenso de nuevo.