En una nueva jornada intersemanal de La Liga Santander, los colchoneros recibían en el Wanda Metropolitano a un Valencia que sigue caminando con ilusión hacia los puestos de Champions League. Una nueva fecha algo descafeinada para los del Cholo, cuya victoria por 3-2 tan solo ha servido para alargar un poco más la mínima esperanza de que los astros se alineen y se produzca la carambola necesaria que evite que el FC Barcelona acabe alzándose con el título liguero. 

En contra de lo que se podía suponer, a priori, viendo los estilos que caracterizan a ambos entrenadores, los conjuntos disputaron un partido abierto, sobre todo en la segunda mitad, en la que las ocasiones y los acercamientos se sucedieron por parte de ambos equipos. La solidez defensiva no fue esta vez lo que se impuso, si no el acierto de los atacantes y el juego combinativo a partir de los tres cuartos de campo. 

Se adelantaba pronto el equipo de Diego Pablo Simeone con un gol de Álvaro Morata tras rematar un buen centro de Juanfran; el ariete español sigue haciendo méritos para quedarse una temporada más en la capital y además tener un papel importante durante la campaña. Kevin Gameiro, un hombre bien conocido en la casa atlética firmó el empate y a partir del gol el primer tiempo paso a control de los chés, contrarrestando el dominio local en el inicio del partido.

Apenas comenzada la segunda mitad Antoine Griezmann consiguió adelantar de nuevo a los suyos en el marcador, lanzando un jarro de agua fría sobre los de Marcelino que habían salido al terreno de juego a seguir llevando la iniciativa; el ariete francés culminó un buen contraataque conducido por Koke que llevó a la banda para que Thomas Lemar le sirviese un balón medido a la cabeza a su compatriota.

Este momento fue un punto de inflexión en el partido, que hasta dicho gol había sido dominado a partes iguales por ambos conjuntos, y lo convirtió en un juego de idas y venidas en el que ninguno de los dos centros del campo consiguió hacerse con el control de la pelota. En un acercamiento por la banda izquierda del Valencia, Saúl desvió a córner un remate de Gameiro, y el árbitro, gracias a la consulta del VAR pudo determinar que lo había hecho con el brazo, señalando el penalti que Parejo transformó en el empate a dos. 

Los entrenadores introdujeron cambios en sus equipos en busca del gol definitivo y fue precisamente uno de los revulsivos de Simeone, el más habitual, Ángel Correa, el que se sacó de la manga un disparo desde la frontal que pilló desprevenido a Neto y consiguió un auténtico golazo que deja la sensación de que, aún sin haber sido sorprendido, el meta brasileño poco hubiese podido hacer. 

Los de Simeone confirman una jornada más que en su ADN va impregnado el luchar cada partido como si fuese una final, sean las esperanzas mínimas o incluso inexistentes. Por su parte, los de Marcelino, quintos en la tabla empatados con el Sevilla y solo dos puntos por debajo del Getafe, tendrán que dormir pendientes de los resultados que obtengan hispalenses y azulones para poder seguir mirando a los puestos de Champions, sin descuidar la importante eliminatoria de semifinales de UEFA Europa League ante el Arsenal de Unai Emery.

Merece una especial mención el césped del Wanda Metropolitano, que tras haber aguantado una impresionante tromba de agua en Madrid a lo largo del día y durante el partido se mantuvo en perfecto estado. Las condiciones climatológicas no acompañaban, pero Atlético de Madrid y Valencia CF nos brindaron un gran partido de fútbol.