Excelso encuentro que cuajó el combinado dirigido por Caparrós, que avasalló al de Jémez en el segundo tiempo con cinco goles como cinco soles, que posibilitan introducir al Sevilla en lugar Champions

Llegaban Sevilla FC y Rayo Vallecano al Ramón Sánchez Pizjuán a un duelo de necesidades. Necesidades bien distintas claro está, pues mientras unos bregan por estar presentes en la próxima edición de la UEFA Champions League, otros emanan sangre, sudor y lágrimas para sobrevivir en la élite del fútbol español.

Todo ello tras la catástrofe ocasionada por el Getafe el pasado fin de semana en el Coliseum Alfonso Pérez. Y es que entre Mateu, Jorge Molina y Jaime Mata, lastraron a un Sevilla que fue víctima de dos penaltis y de una expulsión. Tal varapalo supuso que los chicos de Caparrós se viesen relegados a la sexta plaza en favor de los de Bordalás, que recuperaron un cuarto lugar que perdieron el fin de semana del derbi sevillano. 

Lo intentó hasta la saciedad

El Rayo Vallecano, como colista de la categoría, fue la viva imagen de la premura al salir con la batuta del balón desde el pitido inicial. No obstante, el primer uy que resonó en el graderío nervionense fue sevillista y recayó en Banega, que hizo volar a Alberto para salvar el primer tanto local. Tras una serie de llegadas sin consecuencias, el Pizjuán se volvió a quedar con la miel en los labios después de que el 'Mudo', inexplicablemente, errase con todo a su favor un mano a mano que podría haber significado el estreno del electrónico. El italo-argentino, muy protagonista, volvió a tener incidencia en el verde en el minuto veintisiete cuando sin nadie que le incomodara el remate, falló casi en boca de gol un magnífico centro de Sarabia. El Sevilla estaba presentando candidatura seria al primer tanto.

Se rebasó la primera media hora de encuentro, y los pupilos de la carretera de Utrera, lejos de aminorar la marcha, metieron sexta para encontrar el tanto, mientras que el Rayo Vallecano, por su parte, se encerró aún más en su terreno. Promes probó suerte desde la frontal en el treintaisiete, mas el chut no vio puerta por poco. El Sevilla estaba siendo durante la primera parte ese niño al que le quitan el caramelo en la puerta del colegio. Antes de la conclusión, se registró una nueva llegada hispalense; esta vez fue a cargo de Munir, que no atinó a remachar a gol el raso envío de Ben Yedder. Con un cero a cero que dejaba al Sevilla sin Champions llegó el intermedio.

Lo bueno siempre se hace esperar

Dicen que lo bueno siempre se hace de rogar. El partido de la tardedel jueves refrenda a la perfección dicha afirmación, pues la incapacidad del Sevilla para anotar en el primer acto, se vio disipada cuando a los diez minutos comenzó el aluvión de goles. Promes, no sin la resistencia de Alberto, haría la unidad inaugural para la alegría de Nervión, que fue un clamor. El gol del neerlandés dejaría narcotizados a los vallecanos, que comenzarían a sangrar considerablemente dos minutos después gracias al gol de Munir, que transformó el sublime pase de Sarabia a la espalda de la defensa. Cinco minutos más tarde y con los ánimos más calmados, el tercero haría acto de presencia por segunda vez gracias a Munir, que no perdonó el rebote que Alberto dejó tras un escarceo de Ben Yedder.

El VAR le ha cogido gusto al Sevilla, y es que raro es el partido sevillista que está exento de la intervención de esta nueva herramienta, ya que el cuarto tanto de Ben Yedder estuvo también a sub júdice de esta tecnología, que terminaría por validar el gol. Con los tres puntos amarrados y con Bryan en el campo, la afición pedía a gritos el debut goleador del chaval de la cantera. Y los deseos de Nervión son órdenes, puesto que en el ochentaiséis, Bryan tendría su cota de protagonismo con el quinto y definitivo gol que haría que la tarde sea de diez.

Con el cinco a cero se puso el punto y final a una contienda que dejó a los sevillanos cuarto a expensas de lo que haga el Getafe frente al Madrid y al Rayo con cada vez menos posibilidades de consumar la salvación. El empate en el derbi madrileño, devolvió a los de Nervión a la quinta posición de la tabla.