A ocho puntos del séptimo y a siete del decimoctavo se encuentra el equipo de Imanol Alguacil. Tras la derrota encajada el pasado jueves, los donostiarras se hunden aún más, y terminan, evidentemente, el choque entre pitos. La afición está muy dolida y descontenta con el equipo, pues cuando el empate reinaba aún en el encuentro, por momentos, parecía que el equipo no quería marcar gol.

El duelo comenzaba como se podría pronosticar; con posesiones largas para la Real Sociedad, y con un Villarreal agazapado atrás, para así salir a la contra. Una estrategia nada despreciable, teniendo en cuenta que un punto no era malo del todo, por el hecho de estar peleando por la salvación.

La Real Sociedad fue quién llevó la batuta del encuentro, pero sin lograr definir en momento alguno. Hasta tres cuartos de campo, el equipo txuri-urdin llegaba sin problemas, pero era ahí cuando encontró la mayor dificultad. Un Villarreal sólido en defensa que era muy difícil de atacar, y más cuando ninguno de los futbolistas txuri-urdin mostró capacidad alguna para hacerlo.

El solitario tanto de Gerad Moreno no llegó hasta el minuto 85, y fue entonces cuando el Estadio de Anoeta se enojó por completo con sus jugadores. No fue un mal partido de la Real Sociedad en cómputos globales, pero sí que le faltó definición en metros finales, personalidad; y eso, en Primera División se paga caro. Si no hay gol, probablemente, haya derrota.

Y eso fue lo que ocurrió en la capital guipuzcoana; la Real no marcó, y fue quien lo pagó. El submarino amarillo concluyó el choque con 8 disparos, los cuales solo tres fueron a puerta. Por su parte, el equipo de Zubieta, sumó más disparos, 13, siendo solo dos de ellos entre los tres palos.

La conclusión que se puede sacar del partido es que si no tienes precisión, muchas veces, lo pagas muy caro… si no, pregúntenselo a Imanol Alguacil. El entrenador oriotarra afirmó tras el choque que lo justo habría sido el empate, pero lo que cuentan son los goles, los que dan los puntos.

Con el 0-1, el submarino suma 39 puntos, a dos de la Real Sociedad, y huele de muy cerca la permanencia. En definitiva, una Real Sociedad desmotivada, cabizbajo y deprimida recibirá este próximo fin de semana al Getafe, a la espera de la pitada de la afición, porque llegará, lógicamente. Una temporada para el olvido, borrón y cuenta nueva.