Lo cierto es que el arbitraje del colegiado del choque Prieto Iglesias dejó mucho que desear, pues no señaló dos penaltis a favor del cuadro madrileño, que en primera instancia parecían extremadamente claros, sobre todo, el segundo de Gerónimo Rulli.

El resultado final favoreció a los intereses txuri-urdin, pero fue el combinado azulón quién tiró del carro y anotó el definitivo 2-1 instantes finales de que el máximo responsable del choque pitara el final en Anoeta.

Comenzaba el encuentro con una Real Sociedad disfrutando de la posesión de la pelota, como no podía ser de otra manera; corría el reloj por el minuto 20 de partido, cuando Mikel Merino fue derribado dentro del área. Pasaron unos cuantos segundos hasta que Prieto Iglesias pitó penalti, pues éste esperó hasta que el esférico saliera fuera del campo, para revisar la jugada. Desde el VAR advirtieron al árbitro de que la jugada suponía penalti de Djené sobre Merino, tras un saque de esquina local.

Éste esprintó hasta el medio campo, con el objetivo de revisar la acción, y… efectivamente, señaló la pena máxima. Fue el ariete brasileño Willian José el encargado de abrir el marcador. Colocó el balón en el punto de penalti, y fusiló la portería de David Soria, quién no adivinó la trayectoria del disparo, desplazándose en el lanzamiento a su izquierda, siendo Willian José quién también lanzara a su izquierda.

El 1-0 subía al marcador y la Real se hacía grande, sacaba pecho, sacaba orgullo. Llegaba el descanso en Anoeta, la Real Sociedad vencía por la mínima, y el Sevilla sonreía tímidamente. Imanol Alguacil, en el intermedio, gozó de una charla con el jovencísimo Ander Barrenetxea, invitándolo a esconder ese miedo que hacía notar, dándole 10 minutos de margen, para que éste enseñara a todo el público de lo que era capaz. Sólo tardó 8, pues cogió el mando del esférico, corrió con él, y lo cedió a Willian José, para que éste pusiera un centro perfecto hacia Oyarzabal, quién definió a las mil maravillas.

Llegaría el primer cambio en las filas de la Real Sociedad, en el minuto 66, con la salida de Marco Sangalli, dejando su lugar a Sandro Ramírez. También, eso sí, más tarde, se producirían las sustituciones de Zubimendi (noveno potrillo en debutar esta temporada) por Pardo, e instantes antes del final del choque, tras el tanto de Samu Saiz, quién entraría al césped en el 62, Alguacil daría entrada a Juanmi, en lugar de un Barrenetxea que se fue entre aplausos.

Por lo tanto, a pocos pasos de la conclusión del choque, Samu Saiz anotó un auténtico golazo, colando el esférico por la izquierda de la portería defendida por el platense Gero Rulli.

En definitiva, un resultado que cura un poco la herida, que salda un poco la deuda de los futbolistas con la afición, que mantiene a la afición en pie; eso sí, con los pies en el suelo, fuera de Europa.