Balaídos recibía a un Barça marcado por las bajas en su convocatoria después de haberse coronado con el título de liga. Los culés llegaron a Vigo con los jugadores menos habituales pensando en la vuelta de semifinales de Champions ante un Celta que salió a buscar un triunfo que le acercasen a la permanencia. Los locales, que se vieron apretados durante gran parte del partido, consiguieron llevarse una victoria de oro con los goles de Maxi y Aspas que pusieron a la grada local a corear la Rianxeira pensando en una salvación que está cada vez más cerca.

El partido comenzó tras un recibimiento del celtismo en los aledaños del estadio, lo que dio fuerzas a los vigueses para salir a morder en los primeros compases del encuentro. Después de varias aproximaciones de Aspas y Maxi y con el balón ya bajo dominio del Barça, Dembélé sufrió una lesión muscular que le hizo abandonar el campo tan solo 4 minutos después del pitido inicial. Hasta el 8’ no vimos la primera ocasión con algo de peligro, cuando tras un pase en largo de Rubén Blanco, Maxi zapateó el balón al lateral de la portería de Jasper Cillessen.

Los minutos se sucedían con el balón controlado por los de Valverde, pero sin ocasiones de gol para ambos equipos. Durante este trámite en  que el Celta esperó la propuesta del Barça, destacó la actuación del canterano culé Riqui Puig, que mostró un desparpajo impropio de un jugador tan joven durante todo el partido. No fue hasta rozar los 25’ que el Celta comenzase a crear peligro, aprovechando centros tras las internadas de Mallo y Olaza por los laterales.

Cumplida la media hora en Balaídos, Aspas envió un balón al área que a escasos centímetros estuvo de rematar Maxi Gómez para lo que habría sido el primer tanto de la noche. A partir de ahí, el Celta se hizo con el dominio del encuentro con varias actuaciones que hicieron emplearse a fondo al portero de azulgrana. A 5 minutos de irse al descanso, Wagué remató un balón lateral que solo pudo detener el pie de Rubén Blanco para que el Celta replicase con otra ocasión de gol sin premio.

Tras el descanso y sin demasiados intentos reales de abrir el marcador por parte de ningún conjunto, los vigueses volvieron a llevar la batuta del juego que desembocó en un gol de Araújo tras un cabezazo de Gustavo Cabral que acabaría anulando el VAR 3 minutos después.

El Barça seguía gozando de posesiones intrascendentes y Valverde decidió mover ficha desde el banquillo. Salió del campo Arthur para que entrase Vidal en busca de una alternativa para juego culé, pero el Celta seguía gozando de las mejores oportunidades, incluido un cabezazo de Maxi que blocó Cillessen sin demasiadas complicaciones.

En el 65’ llegó la segunda lesión de los catalanes. Todibo, central poco habitual en los planes del “txingurri”, abandonó el campo tras sentir molestias en los isquios. Este infortunio lo aprovechó Maxi Gómez para marcar el 1-0 en el minuto 67.  El delantero charrúa se lanzó a rematar un balón dificilísimo tras un centro lateral de Boudebouz para adelantar a los locales aprovechando que contaban con un jugador más en el césped.

Después de haber encajado el gol, Murillo finalmente sustituyó a Todibo y Fran Escribá contestó cambiando a Boufal Por Brais Méndez en busca de tener mayor control sobre el juego. Tras otra secuencia de jugadas sin trascendencia por parte del Barça, Jozabed saltó al verde en el 84’ sustituyendo a Boudebouz, que volvió a firmar un gran partido.

Aspas tras marcar el penalti que supuso el 2-0. | Fuente: LaLiga
Aspas tras marcar el penalti que supuso el 2-0. | Fuente: LaLiga

 

Tan solo 2 minutos después, el colegiado señaló penalti por mano de Wagué tras consultar la decisión en la pantalla del VAR, que transformó Iago Aspas desde los 11 metros engañando a Cillessen y poniendo Balaídos en pie con el 2-0 en el luminoso.

El Celta suma así una victoria importantísima que le coloca con 40 puntos en su pelea por la salvación ante un Barça que afrontó el encuentro como un mero trámite tras haber levantado ya el campeonato liguero. Aleña declaró que pese a la derrota “las peores noticias son las lesiones de Dembelé y Todibo”, y analizó el partido asumiendo que les había faltado “ese último pase que marca la diferencia”.

Por su parte, Maxi Gómez afirmó que no sufría nada grave tras haber pedido el cambio en el descuento: “Me retiré porque sentí un calambre, estaba cansado”. Además, el uruguayo aseguró que, pese a la victoria de hoy, no hay nada cerrado todavía: “Nos faltan dos finales y hay que ir a jugarlas como hoy”.