Pese a empezar con 2 derrotas consecutivas, el Dépor ya daba otra cara en el campo desde el primer partido con Martí en el banquillo, ya no queda nada de esos jugadores que saltaban al campo con los brazos caídos, ahora el equipo sale al terreno de juego con la cabeza alta y creyendo en conseguir el objetivo, el  ascenso.

La intensidad como fundamento

El primer y gran cambio que muestra el equipo tras el cambio de entrenador, es la intensidad, un equipo que nada más pierde el esférico, busca recuperarlo rápidamente, con las líneas mas juntas y  adelantadas, al equipo rival le cuesta mucho generar fútbol en el centro del campo, por lo que hace que casi todo el daño hasta ahora, le venga en forma de contragolpes, la única carencia defensiva que el cuadro blanquiazul refleja hasta la fecha.

4-4-2 la formación elegida

Martí tiene la forma de iniciar los partidos claros, saliendo de inicio en todos con un 4-4-2, con un pivote y un medio organizador en el centro del campo, con los interiores a pie cambiado y con los dos delantero cayendo a las bandas. Esto genera que los interiores busquen superioridad por el centro cuando cualquiera de los delantero se abra a la banda y deje hueco en la defensa rival, a su vez el hueco generado por el interior en la banda es aprovechado por unos laterales ofensivos, que buscan ganar la línea de fondo y mandar centros al área, esto en cuanto a tareas ofensiva hablamos. A la hora de defender el pivote incrustado por delante de los defensas y los interiores ayudando a los laterales hacen que el Dépor apenas sufra cuando el rival intenta construir la jugada de ataque mediante la posesión de balón.

Entrenador Motivador

Desde que el Dépor empezaba su mala racha, por el mes de febrero, todos los jugadores y antiguo cuerpo técnico, daban el mismo discurso al acabar el partido, seguimos creyendo en el ascenso, discurso que no se reflejaba en el siguiente partido, cuando otra vez el Dépor salía sin conseguir esa ansiada victoria que necesitaba para salir de esa racha negativa, ahora el discurso no cambió, el objetivo sigue siendo el mismo, pero lo que si que cambió es que ahora si que se lo creen.

Martí, que hasta hace muy poco, aun se vestía de corto, entiende a  la perfección lo le pasa por la cabeza al futbolista en momentos así y eso supo aprovecharlo a la perfección, de esta manera el entrenador balear devolvió la ilusión a sus jugadores y ahora todo el deportivismo rema en la misma dirección, conseguir la vuelta a la élite del fútbol español.